La habilidad para leer los números

27 de Julio 2018 | Publicado por: Diario Concepción

Existen tres clases de mentiras, decía el político y escritor inglés, BenjaminDisraeli. Las mentiras normales, las grandes mentiras, y las estadísticas. El británico desconfiaba de los números redondos que tratan de explicar una realidad más compleja.

El problema, obviamente, no reside en la estadística en sí, sino que en cómo la utilizan muchas veces para confundir, distorsionar o derechamente para engañar. Promedios, tendencias y gráficos no siempre son lo que parecen. Puede haber más cosas que una lectura rápida no ve, y puede haber menos.

Un ejemplo clásico: un sondeo entrevista a cuatro personas. Tres de ellas no tienen vehículo, pero un entrevistado es propietario de 4 automóviles. La estadística dirá que cada persona tiene un auto en promedio, aunque tres personas pasen su vida desplazándose con el transporte colectivo.

En el día a día, los ejemplos sobran en los medios de comunicación. “El 73% de los hogares chilenos afirma estar endeudado”, “Más del 80 por ciento de los chilenos tiene una visión regular o pésima del medio ambiente”. Una pequeña inmersión en la metodología es suficiente para comprobar que se extrapola a toda la población del país una pequeña muestra, generando un error interpretativo, pero que fue investido de precisión científica. La elección de la muestra, como en el caso del sondeo de los automóviles, refleja una parte de la realidad, no el todo.

En pocas palabras, los resultados muestrales no reflejan nada más que la muestra. Por ello, hay que adoptar cautela ante los resultados de encuestas. Podría haber manipulación consciente o no, que confunde causa y efecto, además de un sinfín de “errores” que construyen realidades.

AQUINO