Opinión

Puntero silencioso, parte de la historia

Hay detalles que no son menores. La confianza de Manríquez, la risa de Ponce en cancha. La risa siempre dice algo. Los tipos lo están disfrutando.

Por: Paulo Inostroza 23 de Julio 2018
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Todos estaban pendientes de la vuelta de Lucas Barrios, de cuántos goles le faltan a Paredes para alcanzar a “Chamaco” y qué tanto mejoraría la UC con el “Sacha” Sáez. Y el viernes, en ese horario que la televisión mete los partidos menos atractivos, la UdeC de Bozán, recién eliminada de Copa Chile por Puerto Montt, entraba a la cancha. Enfrente, el buen Palestino de “Ribery” Muñoz y el “Pájaro” Gutiérrez.

Y si antes se hablaba de una UdeC fome, pero efectiva, eso hace rato dejó de ser así. ¿Vio el primer gol? Recuperando una pelota en el medio, salida rápida, tres toques y un volante que se mete sorpresivamente al área para definir como un “9”. Una prueba del fútbol que quiere y, a ratos, logra el cuadro auricielo. Hay detalles que no son menores.

La confianza de Manríquez para patear el penal –la que no tiene hoy Huachipato, por ejemplo- la risa de Ponce en cancha. Suena menor, pero la risa siempre dice algo. Los tipos lo están disfrutando. No sé, como que me acordé de Aguiar, Parada y Viveros celebrando con el bote a remos.

Pudieron achicarse con un autogol volviendo del camarín y Palestino volcado, llegando y llegando, pero no. Tampoco con el choro de Méndez esperando por combos en el camarín. Bozán lo miraba con cara de “viejo, cállate y dedícate a jugar”. Y eso hizo la UdeC, en un partido complicado, con un contragolpe que otra vez llenó la vista, Riveros corriendo, vista al frente, pase atrás a Ponce y definición certera… De esas que hace unos meses no le entraban y hoy sí.

Siempre, cuando la UdeC ande bien se le va a comparar con el equipo de Valdivia, Luis Pedro cuando era joven, Olea, Guidi, la rabona de Cataldo y el traje del “Nano” Díaz. Ese equipazo del 2003 que llevaba más de 10 mil personas a Collao y enamoró al país. Y siempre, lo más probable, es que los nuevos se queden cortos porque la nostalgia también juega y porque, caramba, los de ese entonces metían seis goles y hasta de a siete. Y, bueno, el “Mago” metía pases que ya no se meten ni en Santiago ni en Rusia.

Y en esa temporada siempre quedó la sensación de que los playoffs fueron demasiado crueles. Un torneo injusto para ese plantel que fue, por regularidad, el mejor del año, el once más goleador y una serie de cosas donde se los ganó a todos. Pero apenas tocó un torneo internacional, ese que ahora le dan a cualquiera, hasta saliendo octavo. Su primera Libertadores. Ya, no es poco. Pero ahora quizás la justicia del torneo largo termine premiando a esta otra UdeC, a la constancia de los chicos de Bozán, que arrancaron mal, encontraron el hilo y no lo soltaron más. Son 34 puntos ganados de los últimos 36 en juego y están jugando bien. Ojalá les dure. Ojalá esta vez le toque el mejor premio.

Etiquetas