El ataque a Kast y la sabiduría de los ciudadanos

27 de Marzo 2018 | Publicado por: Diario Concepción

Los incidentes ocurridos en la Universidad Arturo Prat de Iquique invitan a una reflexión, pues hay varios elementos que ameritan su análisis crítico. ¿Es pertinente que un ciudadano que ha desempeñado un rol público de elección popular acuda a dar una conferencia a una Universidad respecto de un tema que se supone domina? Todo indica que sí, en especial, si es invitado y tiene un auditorio que lo espera.

¿Procede que un grupo de ciudadanos se oponga a que un personaje hable en una Universidad? Es válido y si se trata de una actividad universitaria, se confronta con ideas y argumentos. Si no se tienen ideas que sustentar, es procedente pararse con carteles dando cuenta del rechazo al personaje. Pero lo que no puede hacerse bajo ninguna circunstancia es agredir a la persona que me provoca rechazo. Se socaba el fundamento de la sociedad desarrollada que se quiere construir y de paso se incurre en un delito.

Tampoco es aceptable la falacia de quien manifiesta que se ataca violentamente porque el personaje es provocativo en su discurso y defiende posturas “fascistas”. En realidad la actitud fascista es la de negar al otro la libre expresión de ideas garantizada en la constitución. Por ello, agrede a la inteligencia la declaración de un grupo de académicos de la UNAP justificando la agresión a Kast. Y la declaración agrava el insulto al espíritu universitario, al citar de manera errónea el pensamiento de Aristóteles.

De otro lado, ¿es legítima la actitud del FA de no apoyar la declaración del Parlamento, donde se condena el ataque a Kast? Es lícita su actitud y es congruente con su ideología. Los guiños y arrumacos a los “idealistas” y apologistas de la violencia, está en el ADN de la elite de la izquierda amplia. El cantinfleo posterior donde dicen que dijeron, pero no dijeron, no altera la evidencia.

Ahora bien, ¿por qué las personas comunes y corrientes; aquéllas que saben el precio del pan, viajan en micro todos los días y que comen quizá una vez a la semana carne roja, tiene tanta claridad y sentido común para determinar que lisa y llanamente lo acontecido en Iquique fue un vulgar y cobarde ataque de violentistas que no aceptan otras posturas que no sean las propias? Y en contraste ¿Por qué en las redes sociales se expresan las emociones más turbias de la población?

Finalmente, a mi juicio el hecho más grave y delicado de las desafortunadas opiniones o declaraciones, por lejos, estuvo a cargo del presidente del Senado. Consultado por el periodismo acerca de la brutal agresión que sufrió Kast, sin tener idea de lo que había pasado, prejuzgó. No tuvo la inteligencia para contener el prurito de su ideología. Pudo más su convicción partidista que el cargo que sustenta. La segunda autoridad del país dijo “JAK anda en una actitud un tanto provocadora también”. Así tan campante. Luego desde la comodidad del poder remató: …”no conozco este caso, pero yo lo llamaría a la moderación” Y sin rubor alguno y sin conocimiento del hecho emitió un juicio. Afortunadamente para el país, las personas y los ciudadanos están más cerca de la sabiduría vital que algunas autoridades.

Salvador Lanas Hidalgo
Director académico de Escuela de Liderazgo
Universidad San Sebastián