Opinión

Lombriz solidaria

Por: En el Tintero 24 de Febrero 2018

Frente a la expansión, literalmente, del sobrepeso y la obesidad en Chile, las únicas medidas valederas son la selección de la dieta en calidad y cantidad y un plan de ejercicio físico, no aquel de los adictos a las endorfinas que se ejercitan hasta molerse los huesos, sino uno civilizado y moderado, apto para principiantes.

Como lo anterior es de poca efectividad, ya que requiere de bastante sacrificio, disciplina y constancia, se abre una verdadera compuerta para los charlatanes y seductores de incautos, los que venden toda suerte de embelecos a los que desean perder peso de un día para otro y quedar convertidos en esculturas humanas, dignas de envidia y con una casi insoportable dosis de sex-appeal.

Es cuestión de encender la televisión en horas matutinas para apreciar las maravillas mecánicas y farmacológicas con las cuales se puede conseguir consistentemente tales efectos. En realidad son variaciones de inventos contemporáneos con la invención del hilo negro, pero, como entonces, no faltan los convencidos, dispuestos a invertir en milagros.

No ha tenido mayor aceptación la técnica vendida hace un siglo con el atractivo nombre de “Sanitized Tape Worm”, es decir la venta de cápsulas conteniendo cabezas o huevos de Tenia. Una sola toma y la lombriz se encarga de comer todo lo que uno le ponga a su alcance, con excelentes resultados de adelgazamiento del portador. Había algunos efectos colaterales, como dolor gástrico, colitis, nausea, mareos, carencias vitamínicas, obstrucción intestinal, anemia y perforación del yeyuno, entre algunas otras cosillas menores e insignificantes.

A pesar de sus indudables ventajas, no funcionó, el invento está a la espera del olvido para reiniciar las ventas.

PROCOPIO

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