La maquinaria de hacer vivir

31 de Enero 2018 | Publicado por: Procopio

Somos todos nosotros unas máquinas biológicas de inconmensurable complejidad, además de asombrarnos día a día con el descubrimiento de nuevos mecanismos, progresivamente más pequeños e intricados, está el popular convencimiento que en unos pocos años más, digamos una par de decenios, seremos capaces de resolver todo lo que tenemos pendiente en esto de ser eternos e invulnerables, que el hombre, la especie soberbia, tendrá en su poder todas las herramientas para hacerse  cargo de todos los problemas de su propia biología y ser poco menos que dioses, renovándonos y renaciendo a voluntad. Sin otra barrera que la imaginación.

El avance de la ciencia ha permitido vislumbrar un futuro luminoso para los hombres, la posibilidad de recuperar partes perdidas y de curarnos de enfermedades que ahora no parecen tener remedio, libres de la maldición de la mortalidad o el dolor, con tecnologías que nos mantengan informados al minuto de lo que esté marchando mal y al mismo tiempo, que nos den los medios para volver a quedar cero  kilómetros.

Sin embargo, puede que no ocurra de ese modo, hay innúmeras dificultades por vencer y secretos por descubrir, ese futuro esplendoroso puede que se aleje, que no sea tan espectacular, ni tan a la vuelta de la esquina, lo que sí sabemos es que cuando nos metemos en honduras suelen surgir efectos laterales inesperados, no las tenemos todas con nosotros en el modo como el organismo se cuida a sí mismo, ni los sistemas que pueden ser alterados por maniobras intrusas a nivel de moléculas, nuestro organismo lleva millones de años haciendo las cosas de a poco. Con esas limitaciones,  podría ocurrir como lo que sucedió con la estafa global de año dos mil, que prometía ser harto más espectacular de lo que resultó ser.

 

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