Oportunidad de oro

30 de Enero 2018 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Diario Concepción

Por: Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Que coincidencia que en una semana 2 poderosas instituciones, ansiosas de mejorar su imagen, se disparen en los pies.

Moreira y Barros nada tienen en común, pero sus casos son de aquellos que pueden efectivamente convertirse en un valioso activo para algunas instituciones. Lamentablemente ambos contaron con autoridades que renunciaron inexplicablemente a ejercer su poder en beneficio de la institución que prometieron defender, no solo desperdiciando usar estos casos emblemáticos, sino que olvidando por completo su rol político y lo que implica.

El caso Moreira es penoso para la Justicia y también para el poder legislativo, que de prestigio ya no le queda nada de nada. El senador pagará 35 millones para evitar ir a juicio y la fiscalía en vez de usar magistralmente el caso prefiere ayudarlo y sepultar de paso la carrera de dos de sus fiscales estrellas que se caracterizaron justamente por atacar la corrupción. Increíble que teniendo un caso emblema para mejorar los bonos del MP deciden empeorar la imagen de todos, porque con ese acuerdo nadie ganó.

Con Barros, el otro caso donde el poder pudo hacerse sentir, alguien decidió usarlo para desprestigiar aún más a la Iglesia Católica que hace rato no ha podido lidiar como corresponde con los pedófilos, los abusadores de todo tipo y sus encubridores. El Papa, su máxima autoridad, teniendo la oportunidad de mostrar su poder para mejorar la posición de la institución en Chile y Latinoamérica, decide hacer exactamente lo contrario, permitiendo no solo la presencia de Barros en los actos relevantes, sino que lo apoya, acusando de calumniadores a las víctimas de abusos de un culpable Karadima.  Posteriormente pidió disculpas, pero sus palabras, extemporáneas, sonaron inútiles y poco creíbles.

Si el Papa manifiesta algo distinto desde el minuto uno de su visita, no habría sido el fracaso que fue. No habría tenido actividades masivas con un ¼  de lo proyectado, sino que hubiese encontrado fervor y millones de jóvenes comprometidos. Y hubiese encontrado respeto.

¿Que hace las autoridades prefieran los beneficios de personas o grupos, versus la imagen de su institución como un todo? ¿Es que las instituciones y sus autoridades ya no entienden como van las cosas y aún creen que las cosas se puedan tapar con desinformación y cuando son graves con simple prepotencia e incluso soberbia? ¿Por qué atentan contra sus propias instituciones?

Todo se construye mediante señales y la percepción es la realidad, y lo que en ambos casos la gente percibe es que sigue existiendo tráfico de influencia y quien tiene redes logra zafar fácil y los costos institucionales que esto genera a nadie le importan.

Las instituciones no pueden estar felices con estos líderes que poco hacen por realmente mejorar y volver a pensar en el bien común.