Relaciones laborales modernas

28 de Enero 2018 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

Marcelo Moraga Catalán
Núcleo Trabajo y Relaciones Laborales
Facultad de Ciencias Sociales UdeC

Dentro del marco de las relaciones entre empleadores y trabajadores y sus respectivos representantes, recurrentemente se habla de la “construcción de confianzas entre los actores”. Pero ¿Qué quiere decir “generar confianzas”?

Ante todo, es creer cumpliendo. Y no es creer que la otra parte no va a fallar. No. Se trata, más bien, de creer que el otro tiene su total voluntad puesta en no fallar a los acuerdos suscritos y en subsanar las consecuencias de un eventual error. Pero ¿Los acuerdos se diseñan?

Los acuerdos deben ser construidos desde cada posición participante en el debate. Los debates, en tanto intercambios interesados de información argumentada, son necesarios para comunicar y defender puntos de vista, que nutren, fortalecen y dan legitimidad a los acuerdos.

¿Y el conflicto? Es un fenómeno que manifiesta la existencia de posiciones excluyentes frente a una situación. El conflicto puede convivir con el diálogo, pues responden a expresiones de distinta naturaleza. La primera, expresa un estado de relaciones y, la segunda, un instrumento de gestión relacional; para salir del conflicto se requieren capacidades sustanciales de diálogo, liderazgo y gestión organizacional, y no meras voluntades ni recetas aprendidas.

Los líderes sindicales y gerenciales, requieren de capacidades para comprender, debatir, diseñar y acordar rutas en común. No es aceptable que los representantes de las contrapartes sigan resguardándose en cada trinchera, sin hacerse cargo de la construcción de un espacio común de intereses, vital para la sostenibilidad económica y laboral en la competitiva era global.

El “ganar-ganar” es legítimo toda vez que las partes participan con capacidades para entender y proponer tópicos propios y/o comunes, sean sobre condiciones de trabajo, participación laboral como también sobre productividad y competitividad. Sin esas capacidades, el desequilibrio volverá a marcar una hoja de ruta compuesta por la desconfianza, el conflicto y la deslegitimidad de los acuerdos.

No desechemos nuestras (nuevas) oportunidades para confiar.