Opinión

Dudoso recurso de cambiar a palos

Por: Procopio 17 de Enero 2018

Los chilenos, a pesar de no ser demasiados, en un país que trata de empinarse a la altura de los más grandes, han logrado encontrar un nicho de relativo respeto. Atesoramos así cada récor que se obtiene en cualquier cosa, hasta el completo más largo del mundo.

Estamos, por otra parte, logrando primeros lugares menos glamorosos, como tener una poco encomiable proporción de obesos.  Para empezar, un 63% de la población chilena sufre de sobrepeso, cuyo mayor impacto se da en mujeres y que ha mostrado una tendencia al alza en los niños. La tasa más elevada entre los países de Sudamérica y la tercera de Latinoamérica y el Caribe, según los indiscretos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que no vacilan a la hora de ventilar nuestros asuntos más privados.

Es difícil que alguien ignore que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer y, sin embargo, no se observa protestas callejeras, con pancartas y quema simbólica de neumáticos, pidiendo mayor preocupación del gobierno para hacer algo efectivo y drástico respecto a esta pandemia, más duro que andar pegando octágonos negros. Todos parecen estar felices haciendo sufrir a las básculas

A punta de leyes no vamos a parte alguna, en el fondo, falta comprender que las conductas no cambian a palos, sino mediante convencimiento y educación. Lo que las personas saben con respecto a riesgos para su salud, no tiene una relación directa con lo que están dispuestas a hacer. La ardua tarea de cambiar de comportamiento no puede detenerse, aunque sea de a poco tenemos que convencernos que vivir sano es mejor que morir gordo.

 

                      PROCOPIO

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