Opinión

Empezar a dejar las cosas por escrito

Por: Procopio 16 de Enero 2018

A veces los sabio, los inventores, los creadores son seres de extrema peligrosidad, pero la más de las veces los inventos permiten cambios insospechados, también la mayoría de las veces para bien. Si es para mal puede ser fatal, como aquellos que pueden dejar al mundo  convertido en polvo estelar, más polvo estelar del que ya somos. Hay a veces cambios pequeños, pero no por eso menos significativo, como la invención del estribo lo que aumentó enormemente la letalidad  de la caballería usada con fines bélicos.

Otros son más sigilosos y el hombre se demora en descubrir el impacto de su descubrimiento, en no pocas oportunidades más de una vida entera, como los milesios en siglo VIII aC, quienes en uno de sus viajes de Mileto a Egipto, una distancia que se cubre ahora en algo así como una hora y por esos tiempos largos y riesgosos días- la nada misma para esos griegos altamente emprendedores y más aún comerciantes de ojo agudo-,  descubrieron el papiro.

Se trataba de un material suave, delgado y enrollable, sobre el cual los egipcios hacían dibujos con la gente de perfil, en hermosos colores y trazaban signos donde contaban sus cosas, los milesios se llevaron el material para la casa, pensando que se podía darle un uso realmente interesante, como llevar las cuentas. Para los griegos esto fue la novedad del año, desde mediados del siglo octavo antes de Cristo,  empezaron a aparecer por todo el mundo griego registros comerciales,

Lo impensado fue que los filósofos de la época, de los cuales había muchísimos, como el mismísimo Tales, justamente de Mileto, vieron en ese nuevo material algo ideal para trasmitir ideas,  a partir de ese punto, la cancha estaba rayada, las ideas empezaron a salir por todos lados, se había acabado el recreo.

 

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