Opinión

Privilegios difíciles de aguantar

Por: Procopio 29 de Diciembre 2017

Mientras se piensa, ojalá con calma, qué sucede con la actual Constitución, hay que recordar que en ésta ya hay  muy explícitas indicaciones con respeto a probidad y decencia. Ante la abundancia de métodos para pasar por el lado, es imposible llegar a describir cada una de las malas maniobras empleadas, en una suerte de catálogo que permita irlas prohibiendo, de tal modo que cada falta encuentre un correlato, otro listado de penas del infierno para el que las cometa

Debido a eso, para los proclives a las malas prácticas, hay una oportunidad para las maniobras turbias, amparándose en el enclenque argumento que la Constitución no lo prohíbe, porque explícitamente no lo menciona.

Todos esos asuntos no mencionados están en consecuencia bajo el permeable manto de la ética, manto tan válido como la consciencia de quien lo usa, así ha sido posible observar increíbles maniobras de corrupción y malas prácticas, efectuadas por gente inocente hasta que los pillaron, para sorpresa de los ciudadanos crédulos, que aún quedan.

Si se está en sugerir modificaciones a la Constitución, habrá que ser harto más específico para combatir frontalmente el desenfadado nepotismo reinante en la administración del Estado y en las instituciones públicas, a todo nivel, un transparente manual de público conocimiento de quien puede estar y quien no, de incompatibilidades que deben respetarse para garantizar la equidad de los procesos y procedimientos.

No es solamente otorgar una pega estupenda, de poca preocupación y de alta rentabilidad, sino que así se compra lealtades, con el precio de dejar asuntos serios en manos no siempre competentes, en el fondo, no es Constitución, sino simple decencia, lo que hace falta.

 

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