Opinión

Los pálidos asuntos del día después

Por: Diario Concepción 26 de Diciembre 2017

Hay, a partir de hoy día, tarea extra para los recolectores de basura, especialmente en aquellos sectores de la ciudad donde la costumbre de reciclar brilla por su ausencia. Toneladas de papel de regalo, hecho pedazos por manos impacientes, cajas de cartón y una colección de envases plásticos a cual más creativo, darán cuenta del fin de otra tempestad navideña.

Los chilenos en otra de sus más entrañables tradiciones de dispendio y consumismo habrán contraído otras pocas obligaciones financieras, para un indefinido y por el momento despreciable, después.

Es verdad que el ambiente, las campanitas trineo-compatibles, omnipresentes melodías navideñas repetidas hasta el extermino, y vitrinas con viejos pascuales vestidos de nevado invierno, inducen a comprar cosas, con una incremental sensación de urgencia en la medida que todos corren. Pero también es cierto que en muchos casos se busca un regalo para dar una alegría a alguien querido, para reconocer, para mostrar afecto, para estrechar una amistad.

La tecnología ha desplazado a las tarjetas de saludo, ya no se ven las colas interminables en el correo, los teléfonos celulares son los actuales tambores de la selva comunicando que otra Navidad ha llegado, que en pocos días más se cambia el año por otro esperablemente mejor. Pero también, lo que permanece, es el espíritu de estos días especiales, que es fortalecer los lazos de cariño, sin los cuales no tendríamos soporte estable para nuestras vidas.

Este es el día después, un poco triste por contraste, se regresa a la rutina, pero no debería volverse a la indiferencia, con un poco de empeño deberíamos tratar que los sentimientos buenos que tuvimos nos duraran harto más allá que el fin del año.

 

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