Opinión

Las dificultades de portarse bien

Por: Diario Concepción 22 de Diciembre 2017

Mientras más se sabe de sondas cromosómicas, hurgueteando en la recóndita realidad de nuestros ADN , más claro queda que nuestra propia especie tiene un pasado un tanto confuso, por lo que se ha logrado saber, después del año dos mil, justamente con el avance de técnicas cada vez más eficientes para andar intruseando con exámenes de ADN, se revela que hubo diferentes especies de humanos, separadas en diversos territorios, que indudablemente terminaron por encontrarse, allí se puede pensar en dos situaciones; se mezclaron o se enfrentaron, en el primer caso, pudo haber atracción, enamoramiento y descendencia, con oportunidad para que  los romeos y las julietas crearon un cóctel genético, en el segundo, los montescos hicieron desaparecer a los capuletos, o una intranquilizadora mezcla de ambos resultados.

Hace 50.000 años los sapiens se encontraron con los Neandertalenses, éstos eran más musculosos y más adaptados a climas fríos, o con los Denisovanos, de los cuales se sabe menos, así como posiblemente con otras especies de humanos, minoritarios y de difícil detalle. A juzgar por los resultados los sapiens no eran demasiado tolerantes, nosotros, directos descendientes, no mostramos demasiadas diferencias a ese respecto, pequeñas diferencias de color de piel, en la forma de los ojos, o en religión, o cualquier cosa basta para sacar lo peor a relucir, listos para el exterminio.

Con esto de la civilización, el armonioso equilibrio entre palos y zanahorias, nos hemos venido transformando en gente decente, controlando nuestros instintos más primitivos, cuando andábamos a palos. Eso en general, deben quedar por allí algunos rezagados, suelen acudir a los estadios o los locales de votación, lo bueno es que son fáciles de reconocer

 

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