Opinión

La vieja costumbre de escribir libros

Por: Procopio 07 de Noviembre 2017

Las noticias surgen por los motivos menos pensados, por ejemplo, un hallazgo a consecuencias de la ocupación yihadista del norte de Malí en 2012, en una ciudad de nombre mítico, Tombuctú, lugar desde donde fueron  rescatados cientos de miles de manuscritos antiguos. Los historiadores y expertos ya sabían de la existencia de manuscritos aljamiados, es decir, escritos en lenguas africanas pero con caracteres árabes.

El estudio se esos legajos de Tombuctú revelan que la importancia de estos textos  en las sociedades precoloniales de África Occidental es superior a la que se podía suponer en un principio, ya que están apareciendo miles de libros escritos en tamashek, wolof, soninké, bámbara o songhay. La extendida y errónea idea de que las lenguas africanas sólo eran orales resulta ser otra de las falsas teorías propias  del menosprecio de los colonizadores europeos  por una cultura que estuvieron lejos de entender

Los libros manuscritos  datan de entre los siglos XIII y XX y fueron objeto de una gigantesca operación de rescate y puesta a salvo de todos esos papeles, que fueron saliendo camuflados en canoas, vehículos privados o autobuses durante meses. Entre esos libros, que son de unos pocos folios hasta más de mil, hay poemas, cartas, tratados de teología, crónicas históricas, registros de enfermedades o incluso informes de guerra, que están siendo digitalizados.

Por el momento, parece que no es necesario guardar más  información, ya que hay tanta y además no cesa de llegar, pero, bien mirado, a lo mejor allí hay cosas útiles para ahora, porque el hombre no cambia demasiado y puede ser cierto aquello de nihil novum sub sole, que no sea preciso volver a inventar el hilo negro, o recetas para el ataque de nervios.

 

                      PROCOPIO

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