La misión declarada de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), es realizar la mayor expansión posible de la economía y el empleo y un progreso en el nivel de vida dentro de los países miembros, manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo así al desarrollo de la economía mundial. Leído esto literalmente, se podría concluir que se trata solo de dinero y que la preocupación por la cultura sea más bien retórica, sin embargo, a una segunda mirada, hay vigilancia del logro de competencias intelectuales, por estar éstas estrechamente asociadas al desarrollo económico de las comunidades.

En el “Análisis de los resultados de la prueba Pisa de lectura – el caso chileno”, se desprende que la educación de los padres es el factor más importante para explicar los resultados de los estudiantes, por sobre el ingreso y el prestigio del trabajo que desempeñan, lo que sugiere que el nivel socioeconómico y el nivel educacional de los padres, deben ser consideradas  como variables separadas.

Hay mayor rendimiento académico si se lee por entretención, de igual forma aumenta a medida que se incrementa el tiempo dedicado a leer y según la diversidad de lectura. Así, se observa que quienes logran mejor rendimiento, son los que leen una mayor variedad de materiales en forma voluntaria.

También hay una asociación positiva con el clima adecuado en el aula, que motive a buscar en la lectura respuestas a los comunes y antiguos problemas del hombre y testimonios de sus progreso, mediante  la buena relación y el estímulo de los profesores, pero queda claro que es en la casa donde se define esta competencia, allí está la oportunidad y los protagonistas. No hay demasiado espacio para culpar a todo el resto.

 

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