Algunas noticias parecen pequeñas, curiosas, sirven, de la impresión, para rellenar un espacio que había quedado libre en un periódico, o para dar un toque de liviandad entre tanta catástrofe, pero a veces esa nota de pequeño formato tienen un sentido que resulta mejor no olvidar.
Esta vez se trata de unas líneas describiendo una realidad dura en el país vecino, una guagua de cinco meses de edad fue internada por tomar marihuana con la leche materna en un hospital de Córdoba. El motivo de la consulta fue un extraño cuadro de somnolencia que terminó siendo producto de una intoxicación. Como comprobaron luego los médicos, la niña había consumido indirectamente marihuana a través de la leche materna.
El otro aspecto de esta historia es la edad de los padres; una mamá adolescente de 13 años y el padre de 16, ambos fueros interrogados por los médicos para intentar establecer qué podía haber consumido la niña, la causa pudo ser detectada mediante el análisis de orina que reveló la presencia de marihuana, una situación inédita en el hospital o en el Centro Provincial de Toxicología de la ciudad.
Bien puede ser que estos niños-padres no supieran, en su posible incultura, que la leche materna es uno de los medios a través de los cuales el organismo elimina la sustancia activa de la marihuana, que a pesar de ser muy baja su concentración en la leche, la cantidad es relativamente alta para la guagua, al ser muchas veces de su principal o única fuente de alimentación.
Es el tipo de posible situaciones que no suelen estar en la mente de quienes, aparentes progresistas, quieren liberar el uso de esta droga, el aumento de riesgos que los mismos proponentes no querrían tener en sus propias casas.
PROCOPIO