Opinión

La visión del pediatra Carlos González sobre la crianza con apego

Por: Diario Concepción 13 de Julio 2017
Fotografía: Pexels (cc)

Por: Carlos González

Muchos padres creen estar haciendo algo llamado “crianza con apego”, lo que parece indicar que existe otra crianza “sin apego”. Pero no es así.

El término está inspirado en la teoría del apego, attachment theory, del psiquiatra infantil John Bowlby. La teoría del apego dice que todos los niños (salvo tal vez alguna excepción muy patológica) establecen un apego, que puede ser seguro o inseguro. La mayoría de los niños tienen un apego seguro. En una época en que estaba “prohibido” tomar a los niños en brazos, en que dejarlos llorar era la norma y en que casi nadie daba el pecho, la mayoría de los niños tenían un apego seguro. Y al contrario, en sociedades en que prácticamente todos los niños duermen con sus madres, van colgados a la espalda y toman el pecho durante dos o tres años, hay niños con apego inseguro.

El apego seguro no depende del tiempo que esté el niño en brazos, sino del caso que se le hace. Es decir, de que el cuidador responda a las necesidades del bebé con rapidez y eficacia, aceptando sus sentimientos, dándole consuelo y seguridad. Es posible llevar a un niño en brazos todo el rato pero ignorarle, o incluso si es mayorcito insistir en llevarlo en brazos cuando el niño lo que quiere es gatear. Es posible tomar en brazos a un niño que llora, pero no aceptarle ni responder a sus necesidades, sino negarlo o ridiculizarlo (“parece mentira, una niña tan grande”, “qué feo te pones cuando lloras” “no te pongas así, que no es nada”), o anteponer un supuesto sufrimiento del adulto a las necesidades del niño (“no le hagas esto a mamá”, “sé un niño bueno y no llores”, “si lloras papá se pone malo”) o responder con hostilidad (“¡ya estamos otra vez!”, ¿Pero ahora, que tripa se te ha roto?). El bebé y el niño pequeño necesitan unos padres tranquilos, que saben o parecen saber qué hacer en cada circunstancia. Debe saber que puede llorar cuando tenga cualquier dificultad, porque recibirá consuelo. El niño no puede sentirse seguro con unos padres que parecen inseguros, atemorizados o irritados ante su llanto (o a veces las tres cosas alternativamente). Es posible tomar a un niño en brazos y al mismo tiempo ignorarlo y rechazarlo emocionalmente.

Son los padres los que tienen que cuidar a sus hijos, y no al revés. El niño no debe tener la sensación de que “no puedo llorar, porque mamá se pone triste o se enfada” .

Por supuesto, no se trata de lo que pasó un día…, todos los padres hemos hecho al menos una cosa bien y al menos una cosa mal. Todos los padres hemos hecho cientos de cosas bien y cientos de cosas mal. El apego no depende de lo que ocurre en una o en varias ocasiones aisladas, si no de lo que ocurre la mayor parte de las veces.

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