Opinión

Elongaciones: ¿antes o después del ejercicio?

Por: Diario Concepción 10 de Julio 2017
Fotografía: Raphael Sierra.

Claudio Carvajal Parodi
Académico de Kinesiología y Director de diplomados de Intervención Kinésica Musculoesquelética Universidad San Sebastián.

Las lesiones del aparato locomotor son frecuentes en la práctica deportiva aficionada y profesional. Desgarros, esguinces y tendinopatías están dentro de la gama de patologías que pueden afectar. Las lesiones musculares son las más frecuentes (hasta el 55% del total), siendo el desgarro la más relevante, tanto en magnitud como por sus consecuencias (suspensión de la práctica deportiva, diversos grados de discapacidad y riesgos de recaer).

Los desgarros más frecuentes son los del cuádriceps, isquiotibiales, gemelos y aductores. Se sabe que ocurren con una contracción muscular excéntrica, es decir, cuando junto con la contracción simultáneamente el músculo se estira, y pueden ser favorecidos cuando hay descoordinaciones del músculo al momento de contraerse, falta de calentamiento y fatiga muscular. Además, el nivel de entrenamiento y estado físico basal del deportista son relevantes al determinar el riesgo de lesión.

La mayoría de las lesiones musculares ocurren al inicio de la actividad o en los momentos finales (en el fútbol, por ejemplo, en los segundos tiempos). Esto se asocia con los fenómenos antes descritos: si el calentamiento no es adecuado, encontraremos desgarros al principio; en estadios tardíos, con musculatura fatigada y más susceptible a la descoordinación, aumentará el riesgo de lesión.

La fatiga es un fenómeno inherente a la actividad física. Mientras mayor es el tiempo de práctica, habrá mayor pérdida energética, de hidratación, electrolitos y ocurrirán otros fenómenos que disminuirán la capacidad física. En cambio, el calentamiento es algo que depende 100% del deportista o de su equipo técnico/médico. En términos generales, se recomienda que esta entrada en calor dure 10 a 20 minutos y que la intensidad sea submáxima (moderada). De esta manera, los tejidos se encontrarán en condiciones óptimas para el funcionamiento y el cuerpo progresivamente se preparará para la actividad intensa.

Trote suave, bicicleta y otros movimientos generales del cuerpo pueden ser útiles.

Pero, ¿debemos incorporar al calentamiento estiramientos o elongaciones musculares estáticas? Esta práctica es frecuente, sin embargo existen muchos estudios que prueban lo inconveniente de realizarlos antes de la actividad. En primer lugar, no tienen ningún beneficio en prevenir lesiones e incluso podrían favorecer su aparición al enfrentar acciones que requieren respuestas rápidas o de elevada fuerza muscular.

En segundo lugar, los estiramientos previos pueden provocar una reducción transitoria de la capacidad del músculo de producir fuerza y/o velocidad, perjudicando el rendimiento deportivo. La razón de estas respuestas al estiramiento muscular no ha sido aún clarificada por completo, pero la hipótesis más aceptada sostiene que este fenómeno se debería, principalmente, a que el estiramiento sostenido induce una inhibición transitoria de la activación muscular por parte del sistema nervioso. A pesar de que las elongaciones realizadas sistemáticamente aumentan la flexibilidad, aplicarlas inmediatamente antes del deporte pareciera entonces no ser una recomendación a seguir.

Por lo mismo, la sugerencia es a realizarlas después de la práctica deportiva (induciendo relajo y una sensación agradable mientras se retorna a la calma) o intercalarlas dentro del entrenamiento de manera que no interfieran con actividad física intensa.

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