La pregunta era de respuesta aparentemente tan obvia que nadie la había expresado; cuál es el origen de la leche con sabor a chocolate que se compra en el supermercado, interrogante levantada por el Centro de Innovación sobre la leche de Estados Unidos. Para cerca de un 7%, no había duda: de las vacas marrones.

Haciendo cálculos más bien ociosos, eso representa aproximadamente 16 millones de estadounidenses, convencidos de que hay una variedad de vacas que ofrece esa leche de forma natural con ese color y aroma, es de destacar que el 48% de los encuestados confesó que ese asunto no le había preocupado, pero que no estaba seguro de su procedencia.

La leche no es el único misterio para una preocupante proporción de la población, hay varios más, un estudio de la Universidad de California en niños de seis y siete años, que viven en grandes ciudades de ese Estado , reveló que más de la mitad de los alumnos de primaria no saben que la lechuga o la cebolla son plantas. Cuatro de cada diez niños urbanos no sabían que las hamburguesas vienen de la carne de las vacas, o que el queso está hecho de leche.

Antes de burlarnos de esta situación de ignorancia elemental, sería bueno saber qué sucede por estos lados. Es posible que haya niños que no sepan de la relación entre los pollos fritos de la comida rápida y los pollos con plumas, que puedan creer que las zanahorias son frutos de algunos arbustos y que el maní sale en racimos de árboles africanos.

No es otra cosa que una demostración de cómo nos vamos alejando de la tierra en la medida que les agregamos pisos a los edificios de departamentos y la realidad que está más cerca suele ser virtual, los niños que viajan ya no miran por la ventanilla.

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