Hay quienes sufren de modo indescriptible buscando el mejor día para empezar algo, los romanos la tenían mucho más clara, enfermos de prácticos, no estaban dispuestos a perder el tiempo en discusiones inconducentes, por materias en las cuales nadie quiere ponerse de acuerdo, como empezar un negocio en fecha oportuna, a sabiendas que con tantos trámites y vacilaciones, no les quedaría tiempo para hacerse cargo del resto del mundo.
De esa manera lograron dejar las cosas tan bien ordenadas que hemos decidido mantenerlas así hasta el día de hoy. No todas, pero muchas, por ejemplo, para los romanos gran parte del éxito consistía en hacer las cosas el día correcto.
Empezando con las Calendas, el primer día de cada mes, un buen momento para ponerse al día con las cuentas, de ahí el irónico comentario de pagar para las calendas griegas, o sea, jamás, ya que los griegos de este día en particular no tuvieron noticias. Los idus, pésimos para emprendimientos, asociados al asesinato de Julio César, justo el 15 de Marzo del 44 Ac.
Las calendas siguen siendo de mal augurio, es del día de ponerse con las cuentas atrasadas y las nuevas cuentas, como suele coincidir con el único día en el cual casi todos los chilenos tienen dinero, es decir, cuando se pagan sueldos y salarios, es el momento de enfrentar la cálida sonrisa de los cajeros receptores de valores. No vale hacerse el griego para evitar las consecuencias de las calendas romanas.
Lo curioso es que con enorme anticipación al publicitado mes de marzo, ese mes ya estaba clasificado entre los fatales. Incluso ya había mala sombra para el mes de Mayo, en Chile, sin el debido respeto a la información clásica, dejamos todo para ese mes, pésima idea.
PROCOPIO