Te puede gustar o no cómo jugó la UdeC de Bozán, pero el tercer lugar en la tabla es más que meritorio. Te pudo gustar a ratos el Huachipato de Ponce, pero está claro que, con ese equipo, terminar duodécimo es un desastre. Puedes quedarte con el vergonzoso 0-6 que se comió Naval, pero no puedes olvidar que fue quinto con poco plantel y muchos problemas. Podrías decir que Lota fue antepenúltimo, pero el honor de sus jugadores es incuestionable. Llegó la hora de hacer balances, entre caras largas y otras con sonrisas.

El mejor fue la UdeC, que terminó en el podio del torneo, campaña que en el club solo es superada por el equipo del “Mago” Valdivia, el 2003. Un Conce que a ratos parece algo fome, pero tuvo muchos méritos: fue la segunda valla menos batida del torneo y perdió apenas tres juegos. El DT le cambió la cara a su zaga, apenas sumando al paraguayo Mencia, pero con un estilo donde la presión partía por Barreto (otro que aportó mucho, aunque anotó poco). El Campanil se hizo fuerte desde atrás, con Alarcón y el “Tigre” Muñoz como grandes figuras.

El único reparo que puede hacerse es que le faltó dar ese pasito extra para pelear el título en un torneo de bajísimo nivel. La falta de gol le pasó la cuenta y los puntos perdidos ante Everton, Unión Española y Antofagasta.

Huachipato, en tanto, es un equipo más bonito a la vista. Y claro, Sagal anda encendido, Valenzuela es muy bueno para la pelota, Soteldo es un talento claramente exportable y el paraguayo González define como pocos en el medio.

Lo triste es que con todas estas figuras y otras en la zona posterior, el acero apenas haya superado a cuatro equipos en la tabla. Curioso que el equipo que le ganó a la “U”, la UC y le empató a Colo Colo, pierda al día siguiente con Cobresal y sea apabullado por Wanderers. Además, seguro que este plantel se desarma.

En Segunda, Naval hizo mucho con poco. Quinto detrás y sobre planillas muchísimo más caras. Destacable tanto lo de Correa como lo de Almendra y, sobre todo, la actitud de un plantel muy joven que mostró muchas virtudes. Destacable el renacer goleador de Salgado, la aparición de jóvenes como Toro y Martínez y la consolidación de Tiznado y el siempre cumplidor Sanhueza.

Y en Coronel, uno que tenía todavía menos en los bolsillos y fue descendido hace rato por secretaría, pero batalló como si estuviera peleando la copa con Barnechea y Melipilla. Al hincha, que aplauda a este grupo y no lo olvide nunca: si este equipo baja es porque la administración cometió errores groseros y los mandó al amateurismo, pero los jugadores no se tocan. Ellos le cumplieron a su gente, otra vez.