El Sistema Previsional es el conjunto de políticas que define un Estado para que en aquellas etapas de la vida en que los ciudadanos no generen ingresos, accedan a bienes y servicios que les permitan afrontar la vida aun sin percibir ingresos.
Nuestra nación discute en torno a las pensiones de vejez, pues quienes hoy jubilan lo hacen en condiciones que para un país caro como Chile, simplemente no alcanzan a cubrir los costos básicos de subsistencia. Explicaciones para esta situación hay varias; por ejemplo, que el 52% de quienes jubilaron en 2015 ahorraron por menos de 15 años, mientras que los modelos internacionales de previsión establecen que para que este funcione, debiera capitalizarse por unos 30 años.
En Chile, sólo el 16% de los jubilados cumplieron con ese periodo de ahorro y reciben una pensión que promedia los $ 650.000. La cifra es baja y evidencia un preocupante 84% de pensionados que están definitivamente en complicaciones para enfrentar el costo de la vida de este país.
Hay otros aspectos que debemos analizar con especial cuidado; por ejemplo, el real aporte de las manifestaciones populares como marchas callejeras o movimientos como No+AFP, que culpan a las administradoras de pensiones por las bajas jubilaciones, sin reconocer que un 10% de ahorro es insuficiente o que las "lagunas" generan un impacto desastroso en el monto de la pensión futura. Lamentablemente tomamos conciencia de esto luego de 36 años de iniciado este sistema y generaciones completas ya no tienen ninguna posibilidad de solucionarlo.
Entonces, sin reconocer el protagonismo que nos compete en nuestras propias jubilaciones se busca como solución la "retroexcavadora" y así podrían aparecer nuevos movimientos como No+Hospitales, No+Estacionamientos, No+Congreso, etc.
Finalmente, me parece que el Gobierno ha abordado con razonable cautela la situación, pues no es difícil tentarse en aprovechar como bandera política este tema, mal que mal todos esperamos jubilarnos alguna vez y muchos de quienes ya lo hicieron, aún votan. Existen casos históricos como Argentina, España y Grecia donde inocentes (o no tanto) promesas en materia de previsión han gatillado crisis mayores con el pasar de los años. Recientemente se ha presentado un proyecto que en su espíritu busca dejar a todos más o menos contentos, no convence del todo que sea la mejor solución al problema de fondo, pero hay que comenzar por algo.