Danny G. Monsálvez Araneda
@MonsalvezAraned
Más allá de las aprensiones o temores de algunos, desde mi punto de vista, una nueva candidatura de Sebastián Piñera, sería un buen escenario por tres razones. En primer lugar ¿qué nuevo nos puede ofrecer el empresario de lo ya conocido, señalado o (no) realizado en su anterior mandato? Piñera dejó de ser una novedad, aquello que llamó la atención de un importante sector de la población que lo apoyó en la elección del 2010.
En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, una nueva candidatura presidencial, permitiría que Sebastián Piñera explique lo que fue su gestión como Presidente. En otras palabras, tendríamos la ocasión propicia para interpelarlo y exigirle que nos diga por ejemplo ¿qué pasó con el “mejor Censo de la historia”?, ¿qué pasó con el puente Cau-Cau?, ¿dónde quedó aquello de “ganar la batalla a la delincuencia?
Asimismo, que nos explique cómo se condice aquello del “gobierno de excelencia”, cuando al día de hoy varios de sus ex colaboradores desfilan por los tribunales de justicia, incluso él mismo está envuelto en líos judiciales.
A lo anterior podríamos agregar, los altos niveles de represión que impulsó su administración en contra de movimientos sociales (Magallanes y Aysén), por ejemplo el Movimiento Estudiantil del año 2011, ocasión en la cual no tuvo ningún reparo en criminalizar las acciones de los estudiantes, reprimir a quienes durante meses se movilizaron y caricaturizar los jóvenes tratándolos de “politizados e ideologizados”.
En este breve repaso, no se puede olvidar el tema de la reconstrucción. Se vociferó a los cuatro vientos que aquello fue un éxito; incluso el “gobierno de los mejores” no tuvo problemas en “vender y promocionar” internacionalmente el proceso reconstructivo. Sin embargo, aquello no pasó de ser otra de aquellas fallidas puestas en escena. Sino pregunten por los departamentos de Talcahuano.
En tercer lugar, una nueva candidatura de Piñera, nos ayudaría a recordar el desprestigio en el cual cayeron las instituciones, lo cual se tradujo en un incremento en la desconfianza hacia ellas.
Por último ¿qué cambio estructural impulsó el gobierno de Piñera que impliquen trastocar o alterar el actual sistema político? Por ejemplo, nunca fue partidario de la educación gratuita, nunca fue partidario de cambiar la Constitución o el sistema binominal.
Por eso y tantas cosas más, ojalá Sebastián Piñera sea candidato, sería la ocasión precisa para que no explique estas y muchas cosas más.