Opinión

Opinión: "La vida en coalición", por Francesca Parodi

Por: Diario Concepción 02 de Marzo 2017
Fotografía: imagenPrincipal-6022.jpg

Francesca Parodi
@franparodi

Personalmente me he cuestionado en algún momento pertenecer a Chile Vamos, y es que la vida dentro de las coaliciones no está exenta de complejidades. Por el contrario, muchas veces resulta todo un desafío lograr acuerdos entre partidos, pero entendemos que, más allá de los errores, la diversidad es inherente a la sociedad y por eso trabajamos desde una base en común para lograr acuerdos y avanzar de manera integral.

En cualquier grupo existen tantas opiniones como personas que lo integran, por eso la importancia de construir acuerdos que permitan el progreso concertado de la sociedad. En este punto la historia ha demostrado que la mejor forma de organización es la democracia, ya que permite que la diversidad de la sociedad se manifieste en sus representantes, los que tienen por misión gobernar considerando esta multiplicidad de visiones y avanzar a pesar de sus diferencias, para lo cual el resguardo de la democracia es el pilar más básico que debe tener cualquier institución.

Por lo tanto, la democracia es la base indiscutida sobre la cual se deben formar los partidos políticos y las coaliciones, las que pueden tener diferencias internas en muchos aspectos, pero no en algo tan fundamental. 

Sin embargo, hoy vemos que dentro de la Nueva Mayoría el significado de la democracia está causando fricción entre sus partidos, a causa de lo ocurrido con Mariana Aylwin y su fallido viaje a Cuba. Si bien el Partido Comunista asegura no dudar del valor de la democracia en Chile, rápidamente salió a defender a un régimen que arbitrariamente negó la entrada a una chilena que, además, es parte de su propia coalición.

Peor aun, este partido se ha defendido con al menos dos argumentos insólitos: por un lado, que Cuba sería una democracia por tener educación y salud gratuita, como señaló Eduardo Contreras, y por otro, que Mariana Aylwin solo pretendía desestabilizar el gobierno cubano. Así, el PC se pone del lado de un régimen donde la oposición no tiene cabida ni en política, ni en los medios, ni en la sociedad civil. Y aquí no puede haber dobles lecturas, eso no es “otra forma de entender la democracia”, simplemente no es democracia.

Los desacuerdos al interior de una coalición son inevitables, incluso dentro de un mismo partido muchas veces existen visiones contrapuestas. Pero lo que no debe estar en discusión es el valor de la democracia o la forma en que esta se ejerce. De este modo, el problema no es solo el Partido Comunista, sino los demás partidos que se unieron a él sin compartir un mínimo común, lo que da paso a un gobierno errático como este, ya que sin la democracia como base indiscutida, es imposible construir una coalición exitosa más allá de lo electoral. 

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