Pamela Espinosa B. Psicóloga,
Magíster en Desarrollo Organizacional
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Se dice que el aprendizaje es la base de la adaptación y la supervivencia a los cambios en nuestro entorno. Si nos mantenemos en una postura rígida pensando que siempre tenemos la razón, quedaremos vulnerables a quebrarnos frente a un giro brusco del destino.
La flexibilidad se relaciona con la vida, y la rigidez con la muerte. Ser flexibles frente a los cambios de la vida significa estar permanentemente dispuestos a aprender nuevas formas de hacer las cosas y de vivir.
La semana pasada comentamos que una de las principales barreras del aprendizaje es creer que usted ya lo sabe todo. Hoy quiero compartir con ustedes otros impedimentos.
Citando algunos postulados de la corriente de coaching ontológico (ACP), se plantea que una de las bases fundamentales para cambiar resultados en la vida es atrevernos a hacer las cosas diferente, como ya sabemos “no podemos esperar resultados distintos si hacemos siempre lo mismo”. Pero este viaje de continuo aprendizaje, no siempre es fácil y en ocasiones sentimos que hay algo que nos impide aprender y evolucionar.
La primera barrera para el cambio es la “Incapacidad para admitir que no sé”. Muchas veces, para no parecer ignorantes o poco competentes, nos cuesta reconocer que hay cosas que no sabemos. El no ser capaces de decir “Yo no sé” nos cierra a aprender nuevas cosas y de acceder a mundos diferentes.
Una segunda barrera del aprendizaje es la “Necesidad de tener las cosas claras todo el tiempo”. Desde este paradigma, cualquier momento de confusión e incertidumbre es evitado a toda costa, se dice incluso que somos “adictos a tener siempre una respuesta a todo”. Para llegar a una nueva luz, debemos estar dispuestos a transitar por la oscuridad, para conquistar una nueva costa hay que dejar la orilla conocida y permanecer un buen tiempo a la deriva.
Pero ¿cómo manejamos la ansiedad que nos provoca estar en la incertidumbre?
En primer lugar declárese a usted mismo y a los demás que pasará un buen tiempo sin tener las cosas claras, ni las respuestas que está buscando. Tenga conciencia que esta disposición será el crisol nutritivo de una nueva forma de hacer las cosas. Atrévase a buscar sus propias respuestas, cultive la seguridad personal que le permitirá recorrer nuevos caminos. Aprenda a mantener control en el caos, para que las cosas cambien primero se debe mover lo establecido. Confíe y recuerde que después de la noche siempre hay un nuevo amanecer.