Opinión

Opinión: "¿Tarifa 0 en el transporte público?", por Renato Segura

Por: Diario Concepción 20 de Enero 2017
Fotografía: imagenPrincipal-6972.jpg

Renato Segura
cerregional.cl

La propuesta del diputado Giorgio Jackson de hacer gratuito el transporte en los buses del transporte público urbano de la Región Metropolitana, causó el inmediato rechazo de quienes sostienen que, en un sistema económico eficiente, los precios deben cumplir su rol de asignar en forma eficiente los recursos.

Sin embargo, cuando existen externalidades e imperfecciones del mercado, como ocurre en el uso de las vías, un modelo de Tarifa 0 en el transporte público urbano puede llegar a ser una alternativa eficiente. El problema, como bien señala el senador Andrés Allamand, es saber quién paga la cuenta. ¿Qué ocurre si se le carga la cuenta a los vehículos en circulación en vías urbanas? 

Para responder la pregunta, considere la actual operación del Transantiago. De acuerdo a datos disponibles, los egresos anuales del sistema alcanzan 1 billón de pesos, y el 70% corresponden a la red de concesionarios de buses. Esto significa que, la Tarifa 0 requiere un subsidio anual de $700.000 millones.

De acuerdo a antecedentes del INE, el parque en circulación de vehículos en la Región Metropolitana suma 2,0 millones de unidades. Esto significa que el subsidio al transporte urbano de buses, equivale en promedio a $350 mil por vehículo en circulación. Suponiendo una tarificación vial promedio de $130 por kilómetro, para financiar el subsidio, se requiere que cada vehículo – en promedio – recorra un mínimo de 2.700 kilómetros por año en vías urbanas de la capital.

Los que pagan la cuenta – tarificación vial por el tránsito en zona urbana – lo hacen en forma voluntaria, toda vez que tienen la opción de utilizar los buses en forma gratuita. 

Los resultados de la intervención, presentan algunos beneficios que pueden compensar los costos de la medida, a saber:

Se generan incentivos para bajar el índice de congestión vehicular y disminuir, por lo tanto, la emisión de material particulado dispersado al aire por el tránsito de vehículos.

Se reduce la presión sobre la inversión en redes de transporte subterráneo, toda vez que los buses pasan a validarse como sustituto al transporte público urbano, reduciendo la sobreutilización y costo de operación del transporte subterráneo.

Finalmente, se quita presión a la inversión en infraestructura para hacer frente al crecimiento del parque vehicular. De paso, se generan condiciones necesarias para estimular el uso de sistemas de transporte que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los grandes centros urbanos.

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