Opinión

Opinión: "PSU Diferencias que duelen", por Aladino Araneda

Por: Diario Concepción 16 de Enero 2017
Fotografía: imagenPrincipal-7082.jpg

Aladino Araneda Valdés
Académico Facultad de Educación Ucsc

La PSU, como toda (buena) prueba estandarizada sirve para “discriminar” entre aquellos que la rinden, pues su fin es seleccionar postulantes a las carreras universitarias que exigen puntaje.

Sus resultados 2016 muestran, una vez más, la grave y peligrosa brecha en la calidad de educación que reciben nuestros estudiantes, que reproduce la segmentación socioeconómica de la población chilena originada en la desigual distribución del ingreso.

El acceso a una educación de mayor calidad depende del ingreso familiar. El sistema escolar fue diseñado para que el Estado subsidie a los padres cuando no pueden pagar por la educación de sus hijos.
El país (los políticos) privilegió el crecimiento económico sobre el desarrollo humano, perpetuándose estas “diferencias de clases”.Eso hace difícil revertir estos resultados, pues se requiere una generación completa para una transformación educacional que involucre aspectos pedagógicos, políticos (políticas públicas) y económicos que necesita el sistema educativo.

De partida, desde 1996 (siglo pasado) las políticas públicas de educación, centradas en aspectos administrativos y otorgamiento de subsidios, han estado equivocadas. Se han implementado cambios que han recargado el trabajo de las escuelas (Superintendencia, Agencia, además de la Deproe y Daem) usando el mismo mecanismo del subsidio, pero sin descentralizar la gestión curricular ni mejorar el trabajo cooperativo y colaborativo de docentes y escuelas. Ahora las escuelas también deben competir entre ellas.

El resultado está a la vista y, cada vez que los conocemos, al igual que el Simce, y llegamos a la misma conclusión: como país estamos mal, juntos no vamos a ninguna parte, divididos tampoco.

Nuestros estudiantes son más que el puntaje de la PSU, pero ella corona el sistema de mercado que prevalece en el concepto de economía que inunda todo y que marca el futuro de cada estudiante y su familia.

Al respecto, Andreas Schleicher, director de educación de la Ocde y coordinador de las pruebas Pisa ha dicho que “básicamente, si vienes de una familia con recursos vas a un gran colegio, tal vez privado, te gradúas, y luego el gobierno te da mucho dinero cuando ganas uno de los escasos lugares en las universidades públicas. Te irá bien (…), si vienes de una familia pobre acabas en una escuela en desventaja, con profesores menos preparados, rara vez tendrás la oportunidad de una educación superior” (BBC, 6 diciembre 2016).

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