Opinión

Ñuble Región y la consolidación del centralismo

Por: Diario Concepción 14 de Enero 2017
Fotografía: Agencia UNO

La creación de Ñuble Región, un anhelo legítimo e histórico de la ciudadanía por lograr mayor descentralización y autonomía, significa también un nuevo triunfo para el centralismo, una consolidación más del poder de la Región Metropolitana y, en consecuencia, un duro golpe para la Región del Bío Bío.

¿Quién gana con Ñuble Región? En primer lugar y, sin duda, la Región Metropolitana que verá con mayor distancia aún la diversidad y riqueza de la Región del Bío Bío -que será la gran perdedora con esta medida- consolidando así su tamaño, riqueza y poder de decisión por sobre cualquier otra región del país. Solo revisemos algunos datos: la Región del Bío Bío, con su trascendencia, historia e influencia política y económica en Chile, pasará a tener solo 1,6 millones de habitantes y de paso perderá un escaño en el Senado.

Con la nueva ley solo tendrá tres senadores, mientras que regiones como Maule y La Araucanía, con un millón de habitantes, tendrán cinco. Insólito, pero cierto.

Este es un golpe directo al poder y la capacidad de gestión de nuestra región, pues tendremos un poder político aún más irrelevante en el debate nacional, con menor capacidad de decisión, pues ahora tendremos menos ciudadanos (menos electores, hay que decirlo también) y menos políticos en ejercicio.

En segundo lugar, gana la burocracia del Estado: crear una nueva región significa crear una nueva intendencia, gobernación, seremías, servicios públicos y todo lo relacionado al aparataje público, que podría significar por cierto una atención más oportuna y efectiva para los ciudadanos de la zona, pero a un costo demasiado alto. Esto le significará al país una inversión millonaria solo en la construcción de edificios y la contratación de alrededor de 2 mil personas. Un botín bastante tentador para los caudillos que pretenden asumir el liderazgo de la nueva región. No hay relación alguna en que, al crear todo este aparataje público, la descentralización y autonomía se materializarán por causa y efecto. Si alguien tiene alguna duda, puede revisar lo que ocurre en las regiones de Arica y Parinacota o Los Ríos.

El poder debe ser contrarrestado con más poder y el excesivo centralismo debe ser enfrentado pensando en macro regiones que agrupen zonas diversas en su tamaños, composición, capacidad de crecer y emprender y no separando las regiones que, ya existiendo, no son capaces de contrapesar el centralismo y el poder de la Región Metropolitana.

Con macro regiones podríamos disminuir la burocracia estatal, una verdadera piedra en el zapato para la eficiencia y productividad. Con estas estructuras se podrían destacar virtudes, competencias y la capacidad de buscar soluciones comunes a problemas comunes, no de dividirse, pues hay un anhelo común en cada región del país: más poder, mayor autonomía y verdadera descentralización… hasta ahora, solo tenemos división, más burocracia estatal y una consolidación del centralismo.

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