La expansiva urbanización del territorio en el Concepción metropolitano en las últimas décadas ha impactado los humedales de nuestro territorio, con una pérdida considerable del patrimonio ecológico.
Si se considera el antecedente entregado por el Ministerio del Medio Ambiente, que menos del 1% de los humedales en Chile están en áreas protegidas, se verifica una vulnerabilidad latente de estos ecosistemas, lo que se amplifica con una planificación urbana y territorial local, que no tiene presente la conservación y protección de estos ecosistemas.
Esta carencia institucional permite la intervención agresiva a que han sido sometido los humedales del Concepción metropolitano por parte de la industria inmobiliaria, un ejemplo categórico es el caso del Humedal Paicaví, que alcanzó su máxima expresión y desarrollo en el 2016, ya que las inmobiliarias no trepidan en ocupar todo lo que sea posible, donde no hay otra motivación que el negocio y es evidente que bienes, como el "suelo con valor ecológico" no pueden ser regulados a través de la oferta y la demanda.
Además, resultados de investigaciones indican que los humedales con menor grado de perturbación antrópica se encuentran ubicados dentro de una reserva protegida y rodeados de una matriz de paisaje seminatural; mientras que los más perturbados están más próximos a las zonas urbanizadas, lo que es un antecedente empírico y científico que estos ecosistemas no pueden ser administrados y gestionados bajo la lógica de la mano invisible.
Hay que destacar que la forma actual de crecimiento urbano tiene como logro, indicadores económicos estadísticos, empleo, casas construidas, los que si, no albergan consideración ética alguna que incluya el bienestar de la flora, la fauna y los ecosistemas. Por otra parte, la única opción real y humana de crecimiento que tienen las comunidades es un crecimiento sostenible y sustentable.
Lo anterior se debe aterrizar, utilizando algunos instrumentos que ya existen, El Comité Nacional de Humedales, responsable técnico para la planificación y gestión de los mismos por parte de municipalidades, organismos locales y pequeños propietarios. También se cuenta con el Primer Inventario Nacional y con ello iniciar desde la institucionalidad una defensa y promoción de los humedales urbanos.
Realizar una labor educadora del rol ecológico de los humedales y su impacto sobre las personas y también informar a la ciudadanía acerca de los proyectos urbanos que atentan contra estos ecosistemas para así transparentar su estado de situación, este es un camino viable para conservar, los que aún permanecen y aguantan este vacío de políticas públicas.