Nicole Carvallo
Economista, ing. comercial UdeC
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El 20 de enero de 2009 asumía la presidencia de Estados Unidos el primer presidente afroamericano: Barack Obama. Un joven abogado, carismático y con una potente imagen, de impecable oratoria y llegada a la gente, a quien le tocó afrontar uno de los escenarios más complejos en la historia económica de EE.UU.: La crisis subprime, que dejó al país con un desempleo superior al 10%, déficit público y un PIB de -0.3% y -2.8% el año 2008 y 2009, respectivamente. El desafío urgente era salir de esta recesión.
El primer periodo entre 2009 y 2013 se caracteriza por los intentos para dinamizar y reactivar la economía a través del gasto, realizando reformas entre las que destaca que los bancos tendrán que conservar mayor cantidad de capital, aumentando así la liquidez y base monetaria. Además la Reserva Federal ayuda mucho en este proceso con bajas tasas de interés que permiten fomentar el consumo y la inversión.
El pánico financiero existente, producto de la burbuja inmobiliaria que desató esta gran crisis, estaba acompañado por la especulación y expectativas negativas, combinación compleja en la economía pues los mercados bursátiles se resintieron en forma dramática. En el plan de emergencia se inyectaron casi 800.000 millones de dólares para la reactivación, donde hubo gran énfasis en la industria manufacturera.
El segundo periodo, que parte el año 2013, comienza a ver los resultados de las políticas implementadas. Ese año el PIB real crece en 1.7%, el desempleo baja de las dos cifras llegando al 7.4%, la inflación llega al 1%. No obstante, el déficit publico superaba el 8%, cifra que no se veía en décadas, mientras la deuda externa era un 34% del PIB y la deuda pública una de las más altas del mundo con un 104% del PIB. En el periodo 2012-2015 el crecimiento anual promedio fue un 2% y también mejoró la calificación de riesgo.
Ad portas de dejar la Presidencia, la economía estadounidense se encuentra mucho más sana que cuando la recibió. A octubre de este año la tasa de desempleo es de un 4.9%, el IPC es 1.6%, la tasa de interés 0.25%, mientras que el crecimiento del año 2015 fue 2.6%. El tercer trimestre de este año el crecimiento fue 0.7% y su variación anual en el mismo periodo un 1.5%.
Pese a ello su gestión no está exenta de críticas, principalmente orientados a los costos de reactivar la economía, con un 105% del PIB en deuda pública. La caída en más de 5 puntos porcentuales en desempleo, es importante, pero son empleos con baja remuneración y un proceso demasiado lento. Además, los salarios reales no han crecido. También se critica que, en tiempos de recesión, haya llevado a cabo reformas sociales tan grandes y costosas como el Obamacare en materia de salud.
Pese a ello, el Presidente Obama, será recordado como el líder que hizo frente a una de las grandes recesiones de este siglo, dejando una economía relativamente sana. Pero lo más importante: pasará a la historia no por ser el primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca, sino por su potente imagen, su poder de oratoria, su integridad, empatía y llegada. Sin duda, un Presidente querido. Un desafío grande para su sucesor, Donald Trump.