Opinión

Opinión: "Macrorregiones: una opción de integración", por

Por: Diario Concepción 21 de Noviembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1114.jpg

Roger Sepúlveda Carrasco
Rector Universidad Santo Tomás 

Desde tiempos inmemoriales la sociedad se ha agrupado con fines administrativos, políticos, bélicos, culturales o económicos, permitiendo la conformación desde aldeas hasta imperios pasando por países, estados, regiones, provincias y comunas.

La organización territorial de Chile ha sido uno de los mayores desafíos de nuestros mandatarios. Durante la Colonia (1596 – 1786) éramos una gobernación dependiente del Virreinato del Perú de la cual se desprendían 12 provincias, luego vino un proceso de concentración con sólo dos grandes Intendencias, Santiago y Concepción, y de ellas se desprendían las diferentes ciudades. Recién en 1811, el Primer Congreso Nacional incorporó a Coquimbo como una tercera Intendencia.

Desde ahí, cambios de organización político administrativa  tienden a consolidar los territorios que conocemos como provincias. Eso hasta que en 1969 se conformaron 12 regiones y una zona Metropolitana, a las que se sumaron dos en 2007.

Hago este ejercicio, pues en las últimas semanas la idea de Ñuble Región está muy próxima a concretarse. En lo personal me parece que este territorio de 21 comunas a su haber, cuenta con muchas condiciones para responder al desafío de ser autónomo y soltar vinculaciones administrativas de la otrora región que albergó y compartió los frutos de su desarrollo.

Una segunda derivada de este reto, es contar con la inteligencia que capitalice las sinergías existentes entre las provincias que compartimos un territorio en común y más aún, fortalecerlas con la incorporación de otras regiones o provincias a una unidad que contrapese la gravitación de la Región Metropolitana en materia de presupuestos, habitantes, infraestructura, capital humano y definitiva, de oportunidades para su gente.

La física plantea que un agujero negro es una concentración de masa tan elevada que genera un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, puede escapar de ella. Es precisamente eso lo que está sucediendo con nuestra megaconcentrada capital nacional.

Por qué no pensar en Ñuble Región dentro de una macrozona, comprendida entre los ríos Maule y Toltén, donde a pesar de su autonomía política puedan aprovechar en conjunto con otras provincias de este pacto beneficios económicos, sociales y culturales.

Siendo esta una buena forma para no ceder ante la antigua estrategia Romana para conservar su poder político “Divide et impera”.

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