Opinión

Crónicas de viaje

Por: Diario Concepción 19 de Noviembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1176.jpg

He tenido la suerte de visitar cuatro países en un largo viaje por Oriente durante el mes de octubre. Tres semanas permiten hacer buenas comparaciones respecto a la gestión de ciudades tan distintas como Tokio, Bangkok o Ho Chi Minh, y darse cuenta de cómo podemos realmente mejorar en nuestro país en forma simple y con el compromiso de autoridades y ciudadanos.

Un viaje como éste permite cuestionar seriamente que hacen las autoridades cuando asisten a estas supuestas capacitaciones o giras técnicas. Me refiero a alcaldes, concejales y cores que han viajado a los lugares más extraños y exóticos del mundo y que no han aplicado casi nada de lo que incluso se puede ver caminado por las calles de cualquier ciudad. 

Yo al menos tengo claro que son simples vacaciones pagadas con el dinero de todos los contribuyentes, pero aún así, siempre existen elementos que saltan a la vista y que se pueden implementar como para al menos justificar algunos de estos millonarios gastos.

También me genera dudas el suculento viático que se les asigna para gastos de transporte, alojamiento y alimentación. En un viaje al Lejano Oriente, como el que he realizado, el sector publico asigna hasta 500 dólares diarios sin rendición. Yo he gastado USD105 por cada día de hotel en promedio, claro que solo hoteles de 4 estrellas, y USD68 diarios en transporte y alimentación y créanme no he pasado hambre. Entonces ¿que justifica que los dineros públicos no se rindan cuando una autoridad viaja y que más de la mitad quede en sus bolsillos? o ¿qué justifica que se entreguen montos tan elevados si todo el mundo sabe cuáles son los gastos reales?

Durante los últimos años he denunciado a Contraloría General de la República muchos de los viajes realizados por nuestras autoridades y esta se ha pronunciado, en innumerables ocasiones, respecto a la ilegalidad de los viajes, por pagos en exceso de viáticos o rendiciones truchas. 

Algunos casos se encuentran denunciados en la fiscalía y sus antecedentes entregados al Consejo de Defensa del Estado, pero a pesar de múltiples devoluciones de dinero por parte de los cores viajeros, no se ha logrado que se castiguen estas prácticas no solo abusivas sino que ilegales e inmorales.

A tal punto llega el nivel de impunidad que tenemos casos de autoridades que viajan a pesar que en un par de semanas dejaran el cargo, porque no tienen en sus genes el de la vergüenza y tampoco fueron educados con un marco moral que les impida aprovecharse de los recursos del estado. Tampoco reciben el reproche de sus pares o de las autoridades de los partidos.

Es justamente en estos casos en que la ciudadanía debe hacer su tarea y exigir un estándar mayor evitando que la administración publica se llene de tan malos elementos como estos eternos viajeros.
 

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