Opinión

Opinión: "De vitalismo y sabiduría", Andrés Cruz

Andrés Cruz Abogado, magíster en Filosofía Moral

Por: Diario Concepción 02 de Noviembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1638.jpg

Andrés Cruz 
Abogado, magíster en Filosofía Moral

Para el ensayista italiano Roberto Calasso, existen absurdas incompatibilidades entre los que se dicen intelectuales, y dónde yo entiendo también incorporados a los que se llaman sin ninguna vergüenza “expertos”.

En las más diversas materias, que parecen ser entendidas como obligadas: “el literato no quiere oír hablar de sabiduría oriental; el insatisfecho que persigue la sabiduría oriental no quiere oír hablar de literatura; el erudito no quiere oír hablar de experiencias no librescas; quien vive experiencias no librescas no quiere oír hablar de filología; quien se fía de las verificaciones de la ciencia no se fía de las verificaciones de la mística; quien aprecia la mística detesta las investigaciones experimentales; quien contempla lo moderno ve la barbarie en el pasado; quien contempla lo antiguo ve en el presente la degeneración”.

Cada uno construyendo su quimera a partir de reducir la vida a muchos fragmentos, de desgajar lo ya limitado que su podredumbre sensorial es capaz de apreciar, con el objetivo de imponer su bosquejo personal para comprender la realidad.

Calasso continúa concluyendo: “que el literato se vale de tópicos para referirse a las realidades últimas; que el lector de divulgaciones orientales lo encandila cualquier forma de kitsch espiritual; que el erudito no sabe vivir; que el hombre que conoce la vida comete errores sintácticos; que el científico explica el mundo reduciéndolo a una pobre imagen; que el extasiado no sabe calcular; que el entusiasta de lo moderno no ve la antigüedad del presente; que el restaurador no sabe ver la modernidad de lo antiguo”. 

Quien no se encuadra en ninguna de estas categorías se dice que peca de ser relativista, confuso, sin dirección ni claridad. Pero las fuentes del conocimiento no están en un solo lugar, por cuanto de nuestro entorno y de las vinculaciones con nuestros semejantes somos capaces de apreciar una parte de la realidad, debiendo complementar el resto con lo que nos representamos a partir de la experiencia, que debemos vivir a partir de una búsqueda de respuestas, pero también de las preguntas (según yo, lo más importante) que sean las más adecuadas. 

La senda que sigamos será una consecuencia de la decisión que asumamos a partir de cómo nos relacionemos con el SER, sin que esta expresión tenga necesariamente un contenido religioso, a partir de no cerrar nunca los ojos ante todas las posibilidades para darle una oportunidad a la sabiduría para que se manifieste de la manera que estime pertinente, no importando de donde venga, ya que buscando deberemos en algún momento encontrar, incluso más allá de los sentidos.

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