Opinión

Opinión: "Hechos, no más palabras", por Claudio Lapostól

Claudio Lapostól Director de Corbiobío

Por: Diario Concepción 18 de Octubre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-2037.jpg

Claudio Lapostól
Director de Corbiobío

La descentralización territorial de Chile, si bien no es el único instrumento para avanzar en el proceso de regionalización, es el más importante.

Este consiste en la creación de órganos con personalidad jurídica y capacidad para gobernarse por sí mismos, autónomos, esto es, con facultad para establecer ciertas normas, manteniendo con el poder nacional sólo un vínculo de supervigilancia o tutela sobre ellos. 

En ese contexto, este sistema se desvirtúa precisamente en el caso de los Gobiernos Regionales, por cuanto, no obstante ser calificados como entes descentralizados, por gozar de personalidad jurídica y patrimonio propio, su administración se encuentra encomendada a un órgano esencialmente centralizado.

Por su parte, el proyecto de ley enviado por el Gobierno, en materia de atribuciones de los órganos del Gobierno Regional, difiere sustancialmente de las propuestas entregadas por la Región del Bío Bío, existiendo, a nuestro entender, un grave retroceso en el ámbito de la descentralización de la administración del Estado, con lo cual se desnaturaliza cada vez más, el principio de la participación ciudadana y también la democracia chilena.

Los expertos en descentralización y regionalización sostienen que el Estado chileno nunca ha organizado territorialmente al país en función de reconocer a las regiones como un sujeto político capaz de decidir y tomar sus propias decisiones, encontrándonos con una política de regionalización obsoleta hace rato.

Entonces, resulta preocupante la distribución del poder político-administrativo como una cuestión clave de orden organizacional.

Ahora es sugerente auscultar formas de gestión pública más innovadoras y descentralizadas, capaces de generar recursos y soluciones de manera participativa a las comunidades que lo requieren y, en este plano, podrían obtenerse tal vez mayores beneficios en términos de desarrollo.

Ahora surge otra inquietud: ¿el actual gobierno proyecta implementar políticas públicas diferenciadas, acordes a las necesidades de las regiones y sus comunas? Interrogantes de gran relevancia que el mundo de la política debe responder a la ciudadanía que clama por cambios estructurales, por hechos concretos y no palabras, sobre cambios que no se han dado, pero que siguen en una infructuosa discusión.

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