Opinión

Opinión: "De éxito y vacío", por Andrés Cruz

Por: Diario Concepción 05 de Octubre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-2378.jpg

Andrés Cruz Carrasco
Abogado y magíster en Filosofía Moral UdeC

Para Bertrand Russell “las satisfacciones basadas en el autoengaño nunca son sólidas, y, por muy desagradable que sea la verdad, es mejor afrontarla de una vez por todas, acostumbrarse y dedicarse a construir nuestra vida de acuerdo con ella”.

Esto no significa asumir una postura conformista o pusilánime, entregándose a la inercia del devenir. Todo lo contrario, el objetivo es derribar todas aquellas barreras que nos impidan constatar quienes somos, cuales son nuestras debilidades, para superarlas y cuales son nuestras fortalezas para optimizarlas. 

Se trata de escapar de la tiranía de la ignorancia y liberarnos del miedo a reconocernos como somos, eludiendo todo esfuerzo por superarnos con el trabajo de nuestra voluntad. Muchas veces el ego se transforma en una cárcel y nos resulta difícil salir al intentar mostrarnos a los otros como una persona distinta de la que realmente somos, presumiendo de éxitos inexistentes sólo por una absurda necesidad de sentirnos “triunfadores”, aun cuando se haya tenido que infligir daños colaterales a otros, que como consecuencia de una convincente hipocresía han creído y confiado en nosotros. 

No debemos sorprendernos de nuestros fracasos y tampoco de nuestros aciertos. El mal y el bien, lo agradable y lo desagradable, están entremezclados en la vida, y de todas las experiencias debemos ir construyéndonos de manera honesta, sin miedo de lo que otros puedan expresar de nosotros.

La vida humana es breve e insignificante para desgastarse tratando de satisfacer las expectativas de otros. El arribismo, la arrogancia, la carencia de todo escrúpulo para construir una falsa imagen del “yo” y hacerse de “cosas” de este modo, parece ser el camino escogido por algunos en un medio que adula las apariencias, tanto, que incluso no es de extrañar que a quienes logran alcanzar el éxito de esta manera tan espuria se les termine felicitando, volviéndose verdaderos referentes. 

Para el mismo Russell: “El miedo es la principal razón de que la gente se resista a admitir los hechos y esté tan dispuesta a envolverse en un cálido abrigo de mitos. Pero las espinas desgarran el abrigo y por los desgarrones penetran ráfagas de viento frío, y el que se había acostumbrado a estar abrigado sufre mucho más que el que se ha endurecido habituándose al frío”. Es el tipo de sujetos que por temor y excesiva vanidad se aferran a la vacuidad en busca de la fama y del afecto de la masa, ante la insoportable impotencia que podría significar aceptarse a ellos mismos.   

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