Opinión

Crecimiento

Por: Diario Concepción 03 de Octubre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-2450.jpg

"La economía es para ponerla al servicio de los más necesitados", esta frase del destacado economista Francisco Rosende, inspira un tema que traspasa el tecnicismo económico: el crecimiento. ¿Qué significa "crecer": un país crece cuando aumenta su producción en todas las áreas y con ello sus ingresos.

El Banco Mundial bajó la proyección de crecimiento 2016 de 2.4 % a 1.9 %. Y la Cepal, en la misma línea, pasó de 2,1 % a 1,6 %. Estas cifras, nada auspiciosas, no representan una sorpresa dadas las condiciones que ha enfrentado Chile desde el año pasado, acentuándose este año. 

En este contexto, los motivos por los que Chile está en desaceleración son dos: el entorno externo, marcado por shocks que la historia económica de Chile conoce y que ha golpeado fuertemente nuestros principales productos de exportación, las materias primas. Esto ha puesto sobre la mesa el sustento del país, que no puede pasar sólo por materias primas, que muestra lo urgente que es diversificar y poner énfasis e inversión en otros sectores como el comercio y la producción. El cobre ya no es "el sueldo de Chile". China, principal comprador, crece en torno al 7%, que para nosotros sería un sueño. 

La segunda causa es interna: la crisis de confianza, las reformas, el descontento generalizado, se traduce en menores expectativas de producción y ventas para los empresarios, que no ven aumentos en sus utilidades. Las múltiples reformas implementadas, sin mensajes claros y sin gradualidad, han generado crisis en todos los sectores productivos. Si solamente lo externo fuese el problema, con bajos precios en materias primas (que impide competir), estaríamos creciendo menos, pero no bajo el 2%. La crisis interna es el gran detonante de la desaceleración, y no se vislumbra un escenario que revierta la tendencia. Recientemente, el tema previsional no sólo genera descontento, sino más incertidumbre para trabajadores y empleadores.

No es sorpresa el anuncio de la Presidenta en materia de presupuesto donde indica que el gasto público crecerá sólo 2,7% en 2017, dado que este depende absolutamente de los ingresos, es decir, del crecimiento. Cuando cae el ingreso hay que ajustar el gasto, tal como ocurriría en una familia. En resumen, para cumplir la frase inicial es necesario crecer, de otra manera no habrá recursos para los más necesitados. Es urgente ordenar las prioridades y el gasto público. No estamos para derrochar ni un sólo peso, es momento de actuar.

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