El debate sobre la descentralización parece estar viviendo días intensos debido a una de las principales aristas que lo componen: la elección democrática de los intendentes. Si bien existe consenso en la necesidad de dar impulso a las regiones, el punto de discrepancia es si con el actual proyecto dicha elección tendrá el verdadero efecto "descentralizador" que se espera.
Uno de los principales inconvenientes que por años ha tenido el proceso de descentralización es la poca claridad en cómo hacer efectivo el empoderamiento de las regiones o de los gobiernos locales. Son varios los documentos académicos y de líderes regionales que presentan propuestas, todas ellas basadas principalmente en el traspaso de atribuciones desde el gobierno central. Es así como la elección popular de los intendentes —Gobernadores Regionales como plantea el proyecto— se ha presentado como uno de los pilares para concretar dicha transferencia de atribuciones, considerando la legitimidad territorial que tendría este cargo. Si bien es importante que las regiones puedan avanzar hacia la elección de sus autoridades, el actual proyecto dista mucho de ser un aporte real en cuanto a transferencia de atribuciones y, por ende, poco contribuye a la descentralización.
La figura del Gobernador Regional no será gravitante si no posee facultades debidamente consagradas por ley, error en el que incurre el proyecto que actualmente se discute y que inevitablemente recuerda lo ocurrido con los Consejeros Regionales (Cores), autoridades que luego de tres años aún no tienen definidas sus facultades o si pueden ejercer cargos en municipios u otros servicios públicos.
La elección democrática de las autoridades no representa en sí misma un beneficio irrestricto a la sociedad, puesto que dicho beneficio se materializa en la capacidad que tienen las autoridades para resolver los problemas públicos, y eso solo es posible con atribuciones claras y recursos suficientes. No puede ser que primero se quiera elegir un representante para luego recién pensar en las funciones que tendrá. Eso es no entender la democracia.
La descentralización es una materia en la que debemos avanzar, de manera urgente, para un tener desarrollo sustentable y reducir las brechas existentes dentro de las propias regiones. La elección popular de la máxima autoridad r egional es un paso importante y necesario para este proceso, siempre y cuando en dicha elección se concrete una transferencia de atribuciones y recursos desde el gobierno central. De lo contrario, estaremos eligiendo a un verdadero espectador de la realidad regional, con escasa capacidad de concretar el empoderamiento que las regiones requieren.