Pamela Espinosa B.
Psicóloga, Magíster en Desarrollo Organizacional
info@consultoradesafio.cl
En los últimos años, Concepción ha dado pasos importantes para romper con esa imagen tradicional y conservadora que arrastramos por décadas: la de una ciudad donde no había mucho con qué competir y con pocas alternativas para optar; los negocios sobrevivían en la aparente seguridad de clientes acostumbrados a elegir siempre lo mismo.
Sin embargo, ha comenzado a desarrollarse una inquietud en muchos de nosotros por conocer y degustar sabores nuevos, texturas innovadoras y servicios de un mundo más desarrollado y global. Apreciamos la calidad y nos comparamos con otras regiones o países; hemos cultivado un gusto y una opinión respecto a lo que estamos probando.
Concepción, ha acogido el crecimiento de viñateros locales que están elaborando vinos de calidad excepcional, junto a todavía muy pocos restaurantes y cafeterías que tienen un estándar mundial.
Sin embargo, aún nos queda tanto por crecer, somos pequeños incluso a nivel país.
Necesitamos desarrollar fuertes plataformas de colaboración e impulso emprendedor en todos los rubros, para transformarnos en una vitrina atractiva y de alta calidad a nivel mundial.
Llama profundamente la atención la dificultad que existe entre muchos emprendedores a colaborar y la alta orientación a la competencia, la comparación y la envidia profesional. Se pelean los viñateros, los diseñadores, los restaurantes, los consultores… guardan celosamente el secreto de su pequeño éxito y tienen muchísimo miedo a ser copiados.
Hay una baja capacidad de trabajar de manera colaborativa y una alta influencia de la competencia por sobre el apoyo. Este paradigma surgido del miedo y la mediocridad, debe ser superado para elevar nuestra región a un estándar de mayor calidad y competitividad.
Observemos lo que hacen los países que han logrado un alto desarrollo en la escena mundial, generan clusters que crean economías de escala, sellos de calidad y plataformas de alta visibilidad mundial. Se potencian entre si a través de alianzas tecnológicas que permiten crear plataformas altamente colaborativas.
No nos destrocemos entre pequeños. Comparta lo que sabe hacer. Hoy es la capacidad para innovar lo que nos hace competitivos, más que mantener un secreto milenario. Si la panadería de al lado copió su pan, acérquese y vea si puede aprender algo de su competencia.
Si se instalan negocios similares al suyo en la misma cuadra, deles la bienvenida y organícense para crear algo más grande, apóyense y fortalezcan ambos negocios. Alégrese de que alguien más sea capaz de hacer algo bueno.
Y si otro emprendedor está haciendo las cosas mejor que usted, sea humilde y vaya a aprender de él, no se cierre en el temor y la soberbia de que solo usted es el mejor.
Unámonos, apoyémonos y atrevámonos a crecer muchísimo más como región. Esto no se logra de manera aislada sino que creando apoyo, colaboración y entornos favorables al crecimiento.