Desde el año 1990 que se ha realizado por el Ministerio de Desarrollo Social la encuesta de caracterización socioeconómica nacional Casen, que busca disponer de información que permite conocer de la situación de los hogares y de la población en situación de pobreza, y medir el impacto de las políticas sociales.

Los resultados entregados hace pocos días, nos permitieron conocer el estado de bienestar de los hogares. Todos coinciden y, en esa apreciación me incluyo, que los resultados son positivos, aun cuando, nunca tanto para celebrar.

Entre los aspectos que se pueden destacar, podemos mencionar que hoy día para considerar a una persona en situación de pobreza, no basta solamente con que tenga ingresos por sobre un mínimo, sino que además, se consideran otras dimensiones que tienen que ver con la educación, la salud, el trabajo, la seguridad social y la vivienda.

Desde luego la primera interpretación tiene que ver con la disminución de 2,7 puntos porcentuales de los niveles de pobreza. Si el año 2013 el 14,4% de la población vivía en situación de pobreza, los resultados de la Casen 2015 evidencian un 11,7% de la población en esa condición.

Pero además, pudimos conocer que los tamaños de las viviendas familiares son cada vez más pequeños. También, supimos que el 23,3% de los niños y adolescentes chilenos viven en pobreza, lo que desde luego no nos puede dejar tranquilos.

Pero hay un aspecto que merece un comentario y una preocupación especial y, tiene que ver con la velocidad con que se ha venido reduciendo la pobreza en los últimos años. Entre el período 2009 y 2013, 427.000 personas dejaron la situación de pobreza y 250.000 personas dejaron la pobreza multidimensional. En tanto, en el periodo comprendido entre los años 2013 y el año 2015 tan solo 217.000 ciudadanos dejaron de ser pobres y 49.000 ciudadanos dejaron la pobreza multidimensional.

Nos parece que toda disminución de la pobreza es "significativa". Sin embargo, si lo que queremos es avanzar y terminar con la situación de pobreza de las personas que viven en esa condición, es necesario fortalecer y agilizar las políticas públicas. Para que esto suceda, sugerimos sacar el freno de mano a los programas y, políticas sociales, que buscan mejorar la calidad de vida de un grupo importante de nuestros ciudadanos.