Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Posiblemente eso es lo que uno espera tener cuando asiste a algún espectáculomasivo, cultural, artísticos o deportivos. Y en el caso de nuestro fútbll, es exactamente lo que no está ocurriendo.

Posiblemente los hinchas de la Universidad Católica terminaron muy felices por un nuevo y merecido título, esta vez superando a su clásico rival, la Universidad de Chile. Pero a la luz de muchos comentarios en el mismo estadio y del día posterior a la justa deportiva, coincido que fue bastante pobre.

Pero lo preocupante es todo lo que rodea una actividadmasiva como ésta, donde uno espera planificación de las autoridades y principalmente gestiónde quienes son los dueños del espectáculo, lo que no siempre tienen losmismos intereses de las autoridades políticas que aprovechan estos para sus campañas.

Entiendo que la venta y canje de las entradas en lugares físicos fue un desastre a diferencia del sistema electrónico que funcionó a la perfección lo que implica que es la fórmula a seguir evitando largas colas. Si tenemos tickets electrónicos y un estadio nuevo, con butacas caras pero con un numerito pegado en cada una de ellas, la duda es porque no son numeradas, como ocurre en cualquier espectáculo de nivel mundial. Esto generómucha gente sentada en las escaleras , lo cual es peligroso y debería estar prohibido.

Los accesos un desastre. Mucha tecnología, lectores de barra para la cedula de identidad y el e-ticket, pero dobles o triples controles y una desagradable revisión manual que no se condice con la lógica de un espectáculo familiar. Es raro que no hagan lo mismo en el cine.

Lo que fue el clímax de la experiencia era el acceso al sector Andes norte por un pasaje cubierto conmalla raschel, que desembocaba al terminal de buses de Collao, y para poder acceder había que transitar por dentro del terminal donde se confundían hinchas de la Chile, la Católica y los que querían subirse a un bus. En el pasillo obviamente había maletas, vendedores de sopaipillas y un cuanto hay.

Vi en días anteriores como decenas de autoridades desfilaban por las cámaras visitando el estadio para dar el respectivo VB. Tocan las mallas de los arcos y caminan con casco por la pista de recortán. El día el espectáculo acceden a la zona VIP, cocktail incluido, sin percatarse realmente que pasa con los que pagan la entrada y esperan una experiencia real, de disfrute y alegría.

Todo lo que rodea a estadio seguro es sinónimo de ineficiencia y mala gestión. Y mientras las autoridades piensen solo en aprovechar las entradas liberadas y las visitas de inspección que dan publicidad gratis, estaremos definitivamente en la B.

Quizás un viajecito a ver cómo se administran los espectáculos de verdad, pero de los funcionarios a cargo y no de autoridades políticas, podría ayudar a mejorar; porque no solo de instalaciones caras se logran buenas experiencias, porque así cada día se justifica más un LCD grande en la comodidad del hogar.