Opinión

Lucro: La palabra prohibida

Por: Diario Concepción 10 de Septiembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-3077.jpg

Los chilenos deseamos que siempre se haga uso eficiente y eficaz de los recursos públicos, y también entendemos que a iguales insumos, diferentes personas o grupos de personas pueden lograr resultados muy distintos, generando excedentes o utilidades. Por eso no debemos caer en la trampa del discurso fácil y de propuestas sin substancia pero sí muy llamativas y "vendedoras" que se apoderó de la calle y de una clase política tambaleante, sin horizonte y sin propuestas claras que "compró" el discurso del lucro como propio.

Con el fin al lucro y eliminando la participación privada natural, sólo queda el camino del Estado quien controla todo en la educación, eso significa menos libertad y menos creatividad. Desmunicipaliza la educación básica y media, después de años en que nunca se les entregó los recursos necesarios y suficientes a las municipalidades, aún cuando éstos existían, y están creando nuevos organismos que alejarán las decisiones, costarán ingentes recursos al Estado y demorarán en estar activos, con el consiguiente atraso en lograr la calidad tan anhelada.

El centralismo, una vez más, toma decisiones malas y las implanta en las regiones. Se debe parar la desmunicipalización, se debe derogar la ley que desprecia la participación privada en la educación, y se debe apoyar fuertemente con recursos en todo sentido a la educación estatal de las municipalidades. Chile es muy distinto en sus regiones y el centro no tiene la capacidad de interpretar todo ese abanico de diversidades.

Fin al lucro, es el fácil discurso, sosteniendo que siempre el obtener utilidad iría asociado a escamotear servicios o productos, entregando mala calidad. ¿A qué emprendedor normal le cabe en la cabeza que entregando un mal servicio o producto le va a ir bien en el mediano y largo plazo? Puede que exista un mínimo de individuos audaces que embauquen gente durante un lapso, pero ahí está el control necesario y suficiente del Estado para que esto no ocurra.

Los dueños de este fácil discurso no llegan a comprender que la compensación, lucro o crematística también está asociado a altos estándares de calidad. Es lo que todo emprendedor desea, una retribución justa entregando excelentes productos y/o servicios para mantenerse en el largo plazo, y en lo posible aumentar su participación en el área en que se desenvuelve.

Edgardo Boeninger era partidario de derogar la ley que prohibe el lucro en las universidades, habiendo sido Rector de la Universidad de Chile, parlamentario y uno de los mejores políticos que ha tenido nuestro país. Esta ley va contra la tendencia que impera en todo el mundo.

Quienes hablan de retroceso o de descreme del negocio, entienden poco de motivación, de expectativas, de mercado, de competencia, de valores, de metas, objetivos y de retribuciones justas.

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