Tenemos una enorme tendencia a justificar permanentemente nuestros errores y bajo desempeño. Cuando se trata de buscar culpables, somos expertos en señalar con el dedo innumerables causas, desde nuestra infancia hasta la política, la situación económica o la vida que me tocó. Culpamos al jefe, al negocio, a los compañeros, al cónyuge, a Dios… A todos excepto nosotros mismos. Si no estamos culpando, estamos quejándonos, y cuidado, porque la queja es contagiosa. Estamos ansiosos de juntarnos con personas que se quejan por que también queremos quejarnos. La culpa, la justificación y las quejas son como los medicamentos, un reductor del stress que nos provoca la insatisfacción.
Nos comparamos con personas que están peor que nosotros para sentirnos mejor, pero no con los grandes modelos de logros y desarrollo por que sentimos temor de nuestra capacidad de alcanzar el máximo potencial, temor de arriesgarnos, temor a equivocarnos.
Estamos condicionados por nuestra educación para limitar las metas que podemos alcanzar. ¿Quiénes influyen en nuestros programas subconscientes? Nuestros padres, hermanos, amigos, figuras de autoridad, líderes religiosos y muchos medios de comunicación y por supuesto la cultura en la que nos hemos formado.
Las enseñanzas y modelos que nos transmiten se transforman en creencias y luego en reacciones automáticas inconscientes y finalmente nuestras reacciones y comportamientos nos llevan a los resultados que obtenemos en nuestra vida.
Esta semana los invito a mirar a su alrededor a aquellas personas que han logrado superarse e intentemos aprender de ellos, tomemos lo positivo y escuchemos cuál es su manera de pensar, sus hábitos y la capacidad para tomar decisiones.
No juzguemos rápidamente, seamos consientes de que permanentemente nos estamos justificando. Cuando se sorprenda quejándose, pare y desista de inmediato, elija sus pensamientos y sus palabras. Atrévase a observarse a sí mismo y a sus acciones y elija qué es lo que quiere creer y pensar, de esta manera comenzaremos a actualizar nuestras programaciones y dejaremos de ser dirigidos por nuestro pasado.
Ser conscientes de nosotros mismos nos llevará a vivir basándonos en quienes somos hoy. Observe sus pensamientos y elija aquellos que le abren a nuevas y ricas posibilidades e intente deshacerse de aquellos que surgen del miedo y la inseguridad, dése cuenta de que sus hábitos y su cuerpo que no quieren que usted se esfuerce ni se arriesgue.
No siga pensando que la vida es algo que le ocurre, hágase cargo de sus decisiones y atrévase a decir "yo creo mi propia vida".