Por estos días nos hemos enterado (por la prensa) con cierta preocupación, aunque a estas alturas ya sin asombro, que el ministerio de Educación propone eliminar Filosofía del currículum escolar para los terceros y cuartos medios. Sus contenidos se integrarían al nuevo ramo de Formación Ciudadana. En otras palabras, deja de ser un ramo obligatorio para convertirse en una asignatura electiva.
Pero no es todo, la asignatura de Historia también sale del plan común para "integrarse" a una nueva asignatura que abordará las ciencias naturales; es decir, se fusionaría las ciencias naturales con las ciencias sociales (nuevo invento). Ante este eventual escenario, cabe preguntarse ¿Cuáles serían los criterios que tienen los mentados "expertos" del Ministerio para impulsar estas medidas? De seguro, y aquí uno apela a las buenas intenciones y al conocimiento en la materia, que la asignatura de Filosofía -ahora- tributará y contribuirá a reforzar el nuevo ramo de Formación Ciudadana, por lo tanto, no se eliminaría por completo. Mismo caso que Historia, se piensa fusionar los ámbitos de las ciencias naturales con las ciencias sociales.
Ya durante el gobierno de Sebastián Piñera se pretendió disminuir las horas de Historia. Fuimos varios los que en esa ocasión expresamos públicamente nuestro rechazo. No solamente por un tema que puede afectar las condiciones laborales de miles de profesores, sino también por las consecuencias que significan disminuir una de las primordiales áreas de las alicaídas humanidades en nuestro país.
Hoy nuevamente estamos ante una medida que en aras de "mejorar" la formación de los jóvenes, parece apuntar en la dirección equivocada. Es indudable que las sociedades avanzan y se complejizan y que para poder estudiarlas y comprenderlas, se requieren nuevas herramientas teóricas y metodológicas, pero aquello no puede significar atentar precisamente contra dos de las disciplinas que precisamente tienden a desarrollar un pensamiento crítico, reflexivo y autónomo.
Historia y Filosofía, son dos de las principales áreas que desde los tiempos más remotos han contribuido a preguntarnos sobre el devenir del hombre, la sociedad, la humanidad y en el cómo y el porqué de las cosas, y no sólo que todo gira entorno a números y datos.
En vista de lo anterior, las humanidades no pueden seguir desvalorizándose; es por ello que exigimos más respeto con la historia y la filosofía.