Opinión

Pato cojo

Por: Diario Concepción 05 de Agosto 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4041.jpg

Alguien decidió instalar desde el primer día de este gobierno, la palabra crisis. Primero fue crisis económica ante el bajo crecimiento y la posibilidad que eso se tradujera en alto desempleo y pobreza. Después, con los casos de corrupción donde están involucradas altas autoridades por el financiamiento irregular de las campañas, se instaló la crisis política. Ahora último se sacan 2 nuevas del baúl: la crisis institucional y la crisis de gobernabilidad.

De todo esto yo reconozco dos: una seria crisis de confianza en las autoridades y partidos políticos donde son culpables ellos mismos; y una falta de liderazgo que permita enfrentar todo lo anterior en forma rápida y certera cambiando esa percepción que tiene la mayoría.

Tiendo a pensar que esto fue lo que leyó Lagos para lanzar su misil. El país necesita un líder y él piensa podría solucionar esa necesidad, y por eso decide poner una lápida al gobierno mucho antes de que el pato cojo comience a pasearse por los patios de la Moneda. Lagos decidió matar el pato.

Hay mucho de ficción en esto de las supuestas crisis pero coincidamos que Bachelet contribuye al estar absolutamente ausente. No físicamente, ya que cada cierto tiempo se pone el delantal y sale a terreno para discursear sobre aspectos que ya nadie quiere escuchar. Mientras propuso ideas de cambio y opinó sobre asuntos relevantes, el tema anduvo bien; pero cuando pasó a la implementación de dichas propuestas, y a dar muchas explicaciones, el naipe se comenzó a desarmar. Y oportunidades de mejorar esa percepción han existido, como los casos Sename/Gendarmería donde pudo pedir renuncias y mostrar realmente quien tiene el timón; o con el caso Caval donde pudo mostrar que prefería luchar contra la corrupción y no privilegiar a parientes y amigos. O en Chiloé y el caso marea roja en que pudo actuar directamente mostrando empatía y cercanía o en las visitas a nuestra región dar alguna entrevista y pronunciarse de nuestros problemas.

Lo de Lagos se puede leer como un asunto grave, efectista y casi un montaje para posicionarse en carrera presidencial, pero seamos claros; la mayoría, y me incluyo, estima que este gobierno tiene buenas intenciones al tratar de corregir distorsiones serias en temas tributarios, en educación y otros asuntos centrales, pero ha gestionado mal y ha olvidado que vivimos en una sociedad donde se necesita mando firme, ideas claras y relato de futuro y donde la capacidad de solucionar problemas debe sentirse en voz del líder y las encuestas indican que Bachelet ha perdido eso.

No necesitamos un salvador o un héroe, como algunos quieren ser llamados, pero para terminar el gobierno en buen pie necesitamos ideas, orden, presencia efectiva y volver a ordenar el naipe discutiendo asuntos centrales con gente realmente capacitada.

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