El sistema previsional es algo de complejo y donde lamentablemente la discusión es un griterío donde cuesta comprender aspectos relevantes que convendría discutir un poquito más en serio. De reparto o de capitalización individual, el dinero de las pensiones siempre saldrá del bolsillo de los trabajadores. Este ahorro forzado yo prefiero que lo administre un privado y no el sector público, tan permeable a la corrupción política.
En el sistema de reparto para pagar una pensión equivalente al sueldo promedio de los trabajadores activos, requiero un porcentaje del sueldo de esos trabajadores. Si hay 5 activos por cada pasivo debemos aportar 20% del sueldo. Cuando aumenta la esperanza de vida, baja la fuerza laboral o cuando el candidato ofrece aumentos de pensiones desmedidos, el sistema quiebra ya que los ingresos no alcanzan.
El otro extremo son las cuentas individuales de ahorro previsional. Acá se destina menos sueldo al ahorro previsional, solo 10%, y se gana la otra parte vía la rentabilidad que los fondos tendrán durante 30 o 40 años de trabajo, y cada uno recibirá de acuerdo al esfuerzo que realizó. En un mundo perfecto, sin baches, ahorrando 30 o 40 años y con una rentabilidad media como la que ha ocurrido, efectivamente las matemáticas entregan una jubilación cercana al promedio de renta que se tenía.
Pero vivimos en un mundo que no es perfecto, con periodos de cesantía y empleadores que no pagan la previsión; o gente que tiene un trabajo valioso que todos apreciamos, de carpintero, costurera o asesora del hogar pero mal remunerado y no hubo opción de ahorrar. Contribuyeron honestamente al país y por lo tanto en su vejez tienen también derecho a que esta política pública los compense con una parte de lo que se llama seguridad social y nuestro problema actual de pensiones bajas no podrá esperar 20 años aumentando la edad de jubilación o el porcentaje de aporte.
Hoy podemos rebajar las comisiones de las AFP desde el 14% actual, con un sistema mixto que refleje el ánimo de la ciudadanía de hacer un sistema más solidario. Subiendo la cotización marginalmente pero destinando 2/3 al fondo personal y 1/3 a un fondo común que se reparta en todos los pensionados del sistema de AFP, en forma pareja, podríamos incrementar en un 50% las actuales pensiones promedio, lo que sumado a la pensión básica solidaria y otras ayudas del Estado, permitiría a mucha gente mejorar su actual situación. Otra opción es destinar a fondo de reparto la cotización de los últimos 10 años antes de jubilar.
Ideas sobran, pero mientras tenemos un gobierno inmóvil e incapaz de plantear algo respecto a las pensiones, ganan terreno los politiqueros que quieren desmantelar todo, y siendo capaces de reconocer que hay pensiones indignas, hacer ajustes hacia un modelo mixto es el camino urgente a transitar.