En tanto, el gobernador de la provincia de Bío Bío, Luis Barceló, detalló que fueron 15 las personas que actuaron encapuchadas durante el ataque y confirmó que las dependencias donde se construye la minicentral hidroeléctrica fueron totalmente destruidas.
En Concepción, al igual que en las principales ciudades de Chile, este domingo marcharon decenas de miles de personas para manifestar su disconformidad con el sistema de las AFP. Un malestar incubado por años, que detonó con el escándalo de las pensiones de Gendarmería, que irónicamente jubilan por un sistema distinto, el de Dipreca.
Más allá de una discusión de fondo, pues hasta ahora el debate ha sido más desde el estómago, sabemos que es necesario perfeccionar los mecanismos de pensiones que hoy ofrece nuestro país. La ciudadanía reclama por la falta de dignidad y cobertura de las pensiones de vejez entregadas por las AFP para la gran mayoría de los cotizantes, mientras unos pocos obtienen condiciones privilegiadas.
Sin restar importancia a este tema, quiero destacar un aspecto complementario que tiene que ver con cómo nosotros, los ciudadanos, nos preparamos para enfrentar nuestro retiro en las mejores condiciones.
Además del básico ejercicio de pensar en nuestro futuro y planificarnos para lo que viene, es importante que abramos nuestra mente para crear alternativas complementarias a nuestros sueldos y cotizaciones. Fijar nuestras expectativas en que es el gobierno quien debe proveernos una jubilación de acuerdo a lo que esperamos, es caer nuevamente en la mentalidad paternalista, la de dejar en manos de otros que nos provean de lo que necesitamos.
Es cierto que la vida está llena de imprevistos, pero eso no es excusa para intentar proponerse metas posibles y luchar por alcanzarlas.
Es complicado ahorrar cuando el costo de la vida es alto y los ingresos son bajos, sin embargo, no hay nada peor que caminar a ciegas hacia el futuro, y gastar lo que no se tiene sin pensar en que habrá un mañana donde no tendremos las mismas condiciones físicas que hoy. En ese sentido, vale la pena que el Estado incorpore, como política pública, el financiar cursos y talleres orientados a la planificación de futuro de los ciudadanos, desde muy temprana edad.
Es importante abrir nuestra mente a la posibilidad de ampliar las opciones con las que contamos. Sentirnos dependientes de un solo medio de subsistencia favorece la desesperación si las condiciones que ofrecen no nos satisfacen. Hagámonos cargo del estilo de vida que queremos tener en nuestra jubilación, emprendamos pequeñas o grandes ideas que nos faciliten la posibilidad de brindarnos, por nuestros propios medios, una vida satisfactoria después de los 65 años.