Los sectores productivos que más contribuyen a este positivo número son la industria manufacturera con 11 mil puestos, construcción con 10.500, alojamiento con 8 mil y servicios en general con otros 4 mil.
A pesar de los 80 años transcurridos, este conflicto aún genera la atención de los especialistas y el asombro pa ra las nuevas generaciones.
Hace ya ocho décadas un sector del ejército español se alzó en armas contra el régimen republicano dando origen a una guerra civil que tuvo como escenario de fondo una Europa atenazada por los experimentos totalitarios de Alemania e Italia, sujeta a la avalancha ideológica de la URSS y a la crisis de las democracias occidentales.
El conflicto fratricida supuso una profunda división en el pueblo español -que se vio arrastrado a situaciones límites- y generó un profundo impacto en la opinión pública internacional de la época. En efecto, hasta 1936 España era un actor periférico de la comunidad de naciones y la Guerra Civil lo catapultó lastimosamente al escaparate mundial. España pasó a ser el símbolo de los combates entre fascismo, democracia y comunismo, donde el exterminio del adversario era el objetivo prioritario.
En ese recorrido de lo meramente político a lo ideológico-bélico, algunos españoles extraviaron el sentido de comunidad y condenaron a sus compatriotas a la violencia extrema y al exilio. Algunas cifras nos hablan de un total de 700 mil muertos, donde 100.000 corresponden a la represión desencadenada por los militares sublevados y 55.000 a la violencia en la zona republicana. Además, cerca 50.000 personas fueron ejecutadas entre 1939 y 1946. Con todo, dicha cuantificación está sujeta a revisión dado que precisar con exactitud el total de víctimas ha resultado hasta la actualidad una tarea compleja. Como se ha dicho en alguna ocasión: "España es el segundo país del mundo, tras Camboya, con mayor número de personas víctimas de desapariciones forzadas cuyos restos no han sido recuperados ni identificados".
Los especialistas han planteado que la Guerra Civil fue un violento laboratorio de política de masas y un campo de pruebas para experimentar tácticas que luego se utilizaron en la II Guerra Mundial. La población civil indefensa de Madrid, Guernica, Lérida, Barcelona o Valencia, sólo por nombrar algunas ciudades, fueron considerados objetivos militares y sufrieron los luctuosos efectos del conflicto.
A pesar de los 80 años transcurridos este conflicto aún genera la atención de los especialistas y el asombro para las nuevas generaciones que tratan de comprender más allá de las fechas, los personajes y las batallas, cómo España pudo verse arrastrada hacia el abismo. Volver la mirada a esa parte de la historia resulta esencial para comprender nuestro propio presente y proyectar el futuro.