Opinión

De inercia y violencia

Instituciones establecieron una alianza para la realización de prácticas profesionales y labor de voluntariado de los alumnos.

Por: Diario Concepción 20 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4479.jpg

Asumimos que por existir más tecnología todo sería diferente. Nos tragamos eso que el progreso inevitablemente nos iba a hacer mejores. De que el curso de la historia nos tenía indefectiblemente condenados al progreso y la perfección. Nos creímos eso de que estábamos sobre la naturaleza y sobre todos los dioses, cualquiera que estos fuesen. 

Que éramos la única referencia para explicar lo que ocurría a nuestro alrededor. Que no había nada bajo o sobre nosotros. Pero con más o menos comodidades, con más formas para comunicarnos y más rápidas para informarnos incluso de manera instantánea de lo que pasa a miles de kilómetros, seguimos siendo los mismos mamíferos, más soberbios y pedantes. Que no hemos sabido ni querido servirnos ni servir al medio en el que nos desenvolvemos con lo único que nos diferencia de otros animales: la cultura. 

Esta actitud presuntuosa nos ha hecho indolentes y descuidados, fantaseando con que nuestro sistema de vida se apoya sobre una inercia inalterable, aun siendo testigos de las más despiadadas acciones bélicas y terroristas a distintas escalas y de intentos por derrocar gobiernos democráticamente elegidos.

En todos estos casos, con los resentimientos y represalias también violentas que estos actos traen aparejados, que históricamente son conflictos que no tienen nada nuevo, respecto de los cuales parecemos asombrarnos por su brutalidad, pero que mientras ocurran a cierta distancia, solemos olvidar rápidamente con un nuevo suceso que pueda distraernos. Pero no más que eso, ya que no nos importa hacernos responsables de lo que ocurre en nuestro entorno. 

De allí que sea indispensable que nos hagamos cargo, como conjunto, del deterioro institucional que está azotándonos, más allá de confiar en que las anquilosadas autoridades de turno pretendan con medidas reactivas e histéricas demostrar algún tipo de acción, generalmente asociadas a la presentación una y otra vez de proyectos de leyes que aparentan solucionarlo todo, cuando el resultado que se produce es que todo siga igual. 

Es de esperar que la petulancia de nuestros gobernantes y la fatuidad de los gobernados no nos haga lamentar en el futuro enfrentamientos más sangrientos entre quienes desean conservar y los que quieren impulsar cambios sociales, como ha ocurrido en otros lugares. Por lejanos que sean, con seres humanos iguales a nosotros, tal vez de otros colores y con otras lenguas, pero iguales al fin y al cabo. 

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