En tiempos donde la incertidumbre política está afectando la economía, la señal de la comisión evaluadora contribuye positivamente de cara a futuras inversiones regionales.
 

Por varias razones la aprobación por unanimidad del proyecto terminal GNL Penco Lirquén el martes pasado es una buena noticia para la región.

Primero por su impacto positivo en la diversificación de la matriz energética, algo que desde Irade venimos impulsando a través de la Mesa de Grandes Consumidores de Energía.

Que aumente la disponibilidad de gas natural en la Región es bueno para las empresas, pero también es una muy buena noticia para el cuidado de nuestro medio ambiente porque progresivamente nos ayudará a reemplazar la leña en los hogares.

Segundo, por el efecto que tendrá en la economía regional, con una inversión que dinamizará la economía e incrementará los empleos de buena calidad. Además esperamos, que se sumen prontamente otros proyectos como la Central El Campesino en Bulnes, el proyecto Mapa en Arauco, Punilla en Chillán, entre otros.

Tercero, porque nos permite constatar que un proceso técnico de evaluación ambiental riguroso y apegado a la institucionalidad, es capaz de mejorar un proyecto como ocurrió en el caso del terminal GNL Penco Lirquén.

Al mismo tiempo esa rigurosidad permite que nuestras autoridades sean capaces de tomar una decisión correcta basada en criterios técnicos. Y eso es muy tranquilizador para la institucionalidad del país porque sabemos que se aprueba pese a que se trata de un proyecto que no es popular en algunos grupos que impactan en la opinión pública.

En tiempos donde la incertidumbre política está afectando la economía -tal como lo han demostrado varios estudios regionales y nacionales-, la señal de la comisión evaluadora contribuye positivamente de cara a futuras inversiones regionales.

Hoy, Biobíogenera tiene el gran desafío de demostrar que, a través de buenas prácticas, el terminal GNL será un aporte no sólo a la región sino también a sus vecinos.