El sábado el Presidente Alberto Fernández anunció en un discurso televisado que Argentina seguiría en cuarentena hasta el 10 de mayo, pero que las condiciones del confinamiento se relajarán un poco. Así, la novedad fue que se permitió, a partir de este lunes, las “salidas recreativas” de hasta una hora en un radio de 500 metros alrededor del domicilio, y los gobernadores provinciales tendrían autonomía para decidir qué actividades económicas se reabrirán.

Sin embargo, en una “inédita decisión conjunta” -como califican los medios transandinos- cuatro gobernadores rechazaron la decisión del gobierno. Los jefes de la provincia de Buenos Aires, de la ciudad de Buenos Aires, de Santa Fe y de Córdoba, declararon en un comunicado que en “aquellos grandes aglomerados urbanos con circulación viral no se habilitarán las salidas”.

Argentina estableció una cuarentena total el 20 de marzo, y las autoridades han señalado que aquello ha permitido limitar la propagación del virus. Hoy el país suma 3.892 contagios y 192 muertos. Por eso, según declara el diario La Nación, nadie quiere responsabilizarse por un eventual rebrote de casos si se autoriza la masiva salida a la calle de todos los sectores, incluidos niños y adultos mayores. De hecho, en la ciudad de Buenos Aires se prevé un confinamiento estricto hasta fines de mayo.

Tras varias especulaciones sobre la diferencia de los gobernadores con el Ejecutivo nacional, Fernández rechazó este lunes que existiese algún conflicto con ellos. “Ya habíamos previsto que las condiciones de salida las fijaba cada distrito”, dijo el mandatario en diálogo con Radio Con Vos. Sin embargo, insistió en la necesidad de la medida anunciada el sábado y señaló que los expertos aconsejaron las salidas recreativas: “También hay que preservar la salud psicológica. Presten atención porque no podemos tener a la gente en un encierro eterno”.

“Me han traído informes en los que, entre los llamados al 911, se recibieron pedidos de atención psicológica, eso también hay que tenerlo en cuenta”, detalló Fernández.

Por otro lado, el Presidente argentino aseguró que recibió de parte de los gobernadores “pedidos mucho más riesgosos que salir a caminar una hora”.

El decreto de Fernández especifica también que “no se podrá usar transporte público o vehicular” para esas salidas y se deberán cumplir las normas, como uso de mascarilla y la distancia social. “La cuarentena no es un problema económico, sino básicamente de salud; lo primero que tenemos que tener en cuenta es la preservación de la salud de la gente”, dijo Fernández.

En la ciudad de Buenos Aires, en tanto, creen que deben priorizarse las actividades económicas y no las recreativas. Por eso, Clarín indica que el próximo paso que anunciará la ciudad, probablemente esta semana, es la posibilidad de que los restaurantes o locales de comida permitan que los clientes puedan retirar sus pedidos.