El Sumo Pontífice lamentó "las desigualdades" y "la corrupción endémica" en la región, durante su tradicional discurso este jueves en el Vaticano al cuerpo diplomático con ocasión del nuevo año.
El Papa Francisco reconoció su “preocupación por la multiplicación” de las crisis políticas en América Latina, y lamentó “las desigualdades” y “la corrupción endémica” en la región, durante su tradicional discurso este jueves en el Vaticano al cuerpo diplomático con ocasión del nuevo año.
“Los conflictos de la región americana, aun cuando tienen raíces diferentes, están acomunados por profundas desigualdades, por injusticias y por la corrupción endémica, así como por las diversas formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas“, dijo ante los más de cien embajadores y representantes acreditados ante la Santa Sede.
Francisco lamentó las polarizaciones, “cada vez más fuertes, que no ayudan a resolver los auténticos y urgentes problemas de los ciudadanos, sobre todo de los más pobres y vulnerables”, explicó.
El líder de la Iglesia católica aprovechó la ocasión para condenar cualquier tipo de violencia “que por ningún motivo puede ser adoptada como instrumento para afrontar las cuestiones políticas y sociales”, recalcó.
“Es necesario que los líderes políticos se esfuercen por restablecer con urgencia una cultura del diálogo para el bien común y para reforzar las instituciones democráticas y promover el respeto del estado de derecho, con el fin de prevenir las desviaciones antidemocráticas, populitas y extremistas“, dijo.
Francisco recordó de nuevo la grave crisis política y social que atraviesa Venezuela y volvió a pedir que no cese el compromiso por “la búsqueda de soluciones” para ese país.
El Papa se refirió también al Sínodo para la Amazonía celebrado en octubre pasado en el Vaticano y a la necesidad de proteger lo que suele llamar “la casa común” y la búsqueda de un desarrollo “sostenible e integral” que no devaste al planeta.
“Lamentablemente, la urgencia de esta conversión ecológica parece no ser acogida por la política internacional, cuya respuesta a las problemáticas planteadas por cuestiones globales, como la del cambio climático, es todavía muy débil y fuente de gran preocupación”, lamentó.